El curso de verano organizado por la UR: “Soterrar un tren, ganar un paisaje” se despide en su cuarto día de vida, con un balance “positivo y esperanzador”. Así es como lo ha descrito Francisco Páez de la Cadena, director del curso.
Destaca que “hemos cumplido los objetivos fijados para alumnos, ponentes y profesores” además de disponer de elementos de juicio suficientes para llevar a cabo una de las obras más importantes del siglo XXI para la ciudad de Logroño, cree que las propuestas de este curso son comunes en diferentes grupos que se van a encargar de esta obra, por lo que “la mayoría de las propuestas se pueden llevar a efecto, e incluso evolucionar en otros proyectos también importantes para la ciudad”
La clausura la han protagonizado los alumnos del curso, con la exposición de los trabajos realizados en los cinco talleres. Francisco Páez de la Cadena, destaca para Rioja2, las peculiaridades y conclusiones de esta oportunidad única para el paisaje urbano de la ciudad.
“Un andén verde para Logroño” ha vertebrado la desestructuración y las zonas degradadas de lo que será el nuevo paisaje urbano de Logroño. Han sido varias las propuestas tratadas, vinculadas a los huertos ocupacionales o huertos educativos (junto a los colegios) siempre planteados desde la coherencia y unidad del paisaje. Las técnicas para instalar “fachadas con especies vegetales” también ha sido un tema interesante a tratar para el andén “vertical” del soterramiento.
Por otro lado, los talleres “Parque en movimiento” y “Parque y participación ciudadana” han trabajado conjuntamente por la conexión del tema y de el tratamiento de sus objetivos. Subrayan la necesidad de “unir la ciudad y crear continuidad en la trama urbana”. Para ello, algunas de las medidas se refieren a “fomentar la peatonalidad” sobre el soterramiento del tren a su paso por Logroño, “crear y prolongar el carril bici”, y estudiar las “zonas críticas”: entradas y salidas de vehículos.
Por último, los talleres “Estrategias del paisaje” y “Los elementos naturales: fuente de recursos espaciales y energéticos”, también han trabajado conjuntamente obteniendo resultados vinculados con dos temas matrices: convertir la ciudad de Logroño en un gran “anillo verde”, consecuencia del cierre entre el nuevo y viejo paisaje. Y por otro lado, como el soterramiento se dispone de forma transversal a las aguas subterráneas que vienen de Cameros, han propuesto utilizar estas aguas como hilo conductor y elemento ornamental, “en vez de acabar con ellas o ignorarlas”. Lo que implica la creación de ornamentos habituales como estanques, fuentes y canales, hasta zonas de juego en las que el agua subterránea aflore y participe con el ciudadano.