Jueves por la noche y la escena se repite. Botellas de refrescos y de alcohol y bolsas de plástico aparecen tiradas en el entorno del Revellín y del Ebro, Bretón de los Herreros, Siervas de Jesús y Once de Junio. Y lo mismo ocurre el viernes y el sábado. ¿Nos estamos acostumbrando a que el botellón llene nuestras calles de desperdicios?
La limpieza de las calles era uno de los caballos de batalla del anterior equipo de gobierno de Logroño y también del nuevo. Lo cierto es que el botellón se repite cada fin de semana en muchos puntos de Logroño. No sólo se ha normalizado entre los adolescentes esta práctica, sino que también se ha convertido en habitual dejar los restos sin recoger.
Esto obliga al Ayuntamiento a llevar a cabo una operación especial de limpieza a primera hora de la mañana de cada viernes, sábado y domingo, para que por la mañana las calles luzcan como si no hubiera pasado por allí ninguna cuadrilla de 'bárbaros'. Unos servicios extraordinarios que figuran dentro del canon de la empresa de limpieza.
Así, seis operarios llevan a cabo una recogida manual de los residuos y aplican agua para limpiar la zona. Es una actuación expresa que se lleva a cabo todos los fines de semana, con el gasto que eso conlleva.
Intervenciones en seis parques por el botellón
El problema no es sólo la suciedad y la mala imagen que se da, sino también el ruido, que trae de cabeza a los vecinos, e incluso los peligros de dejar cristales en el suelo o los destrozos que provocan en el mobiliario urbano. ¿Basta entonces con la limpieza o es necesario incidir en la concienciación y en la educación?