El alcalde de Logroño, Tomás Santos, entregó hoy las insignias de San Bernabé al sacerdote y presidente de las 'Aulas de la Tercera Edad', José Ignacio Macua, al 'cura de Yagüe', Rafael Ojeda, y al presidente de la Asociación 'Amigos de La Rioja', Federico Soldevilla, en reconocimiento de sus respectivas trayectorias personales y profesionales en favor de la ciudad.
El acto de entrega se desarrolló a las 13.30 horas en el salón de plenos del Ayuntamiento, y contó con la asistencia de la corporación municipal, representantes del Gobierno riojano y de partidos políticos, así como del presidente del Parlamento riojano, los galardonados en otras ediciones y familiares y amigos de los premiados.
Macua, al recibir la insignia, destacó tres palabras “gracias, gozo y entusiasmo”. Con la primera quiso agradecer al Ayuntamiento, su familia, a Logroño y a la Compañía de Jesús -orden de la que es sacerdote- el reconocimiento.
También dijo tener “gozo de vivir” ya que “la tristeza deprime y mata”, por lo que afirmó que tenía “alegría de vivir”, mientras que para definir el “entusiasmo” lo hizo recordando a las 'Aulas de la Tercera Edad', que dirige y coordina desde hace 17 años.
La presentación de Macua la realizó la directora del Centro Cultural de Ibercaja de Logroño, Maite Ciriza, quien destacó del galardonado “su vida dedicada a los demás y su vocación humanista”. Destacó el “profundo amor” del sacerdote a la ciudad de Logroño, así como su “bondad, amor y generosidad inagotable”.
“COMPROMISO”
Tras Macua, la insignia de San Bernabé la recibió el 'cura de Yagüe', Rafael Ojeda, quien indicó que los premios “se singularizan en unos pocos, pero éstos necesitan mucha gente para extender la mancha de la ciudad”. Dijo estar “asustado” por la “falta de ideales” en la sociedad.
Su perfil fue dado a conocer por el ex-alcalde de Logroño, Manuel Sáinz, señalando que era una persona “llena de riquezas y aspectos difíciles de abarcar”. Destacó su “coherencia con su visión de la fe, en su compromiso con los más necesitados”.
Resaltó su trabajo en la “formación de las personas” y en el impulso al asociacionismo del barrio de Yagüe, con el que se llegó a “mimetizar”. Finalmente, reseñó que Ojeda tiene la virtud y potencialidad de “hacer ciudad”.
El último galardonado este año, Federico Soldevilla -presidente de la Asociación 'Amigos de La Rioja'-, dijo recibir la insignia con “orgullo y honor, de un Logroño que tanto quiero”. Afirmó que “a Logroño cuanto más se le conoce, más se le quiere”. Tuvo un recuerdo para su mujer, Caridad.
Soldevilla fue presentado por un amigo suyo, Julio Arnáiz, que destacó la “defensa y difusión que hace de Logroño” y el hecho de ser “buena gente”. Un poema entrañable definió la figura de Soldevilla.
Posteriormente, uno de los galardonados en 2006, Teodoro Sabrás, dio lectura a un acta por el que todos los honrados decidían que anualmente se iban a reunir para almorzar el 'Día de La Rioja'.
El acto lo cerró el alcalde de Logroño, quien recordó el acierto de crear en 2005 las insignias de San Bernabé, que, entre otros, lo han recibido Nieves Sáinz de Aja, Eduardo Gómez, Manolo González, Eduardo Dato, Mariano Moracia o María Piudo.
Santos dedicó unas palabras a cada uno de los premiados de este año. De Macua dijo que era un “encanto de persona” y su interés por la cultura y la enseñanza; de Ojeda su “compromiso con la lucha y la justicia social”, y de Soldevilla “lo bien que vende Logroño”.