Es la noche más mágica del año. Es una noche especial, creada para dejar ilusión y felicidad en miles de pequeños rostros riojanos. Los Reyes Magos de Oriente recorrieron las calles de Logroño y de todos los pueblos riojanos para saludar a sus fans más incondicionales: los niños. Llegaron ya por la mañana y se reunieron con las diferentes autoridades que, seguro, en su cartas, habrían pedido solución a los problemas económicos por los que atravesameos. Los Reyes, sin duda, tomaron buena nota de los buenos deseos de nuestros políticos.
Pero fue, por la tarde, a partir de las siete, cuando sus Majestades se colocaron sus mejores galas y a lomo de caballos y carruajes, acompañados por sus pajes y personal de confianza, desfilaron por diversas calles de Logroño y de otras ciudades riojanas. Las calles estaban abarrotadas de padres, abuelos, niños...familias enteras que no se quisieron perder la oportunidad de saludar a los Reyes Magos a pesar de la fría tarde de ayer.
La tradicional cabalgata arrancaba a las siete de la tarde del Parque de la Cometa y continuaba por las calles más céntricas de la ciudad: Gonzalo de Berceo, Murrieta, Avda. de Portugal, Avda. de La Rioja, San Antón, Pérez Galdós, Vara de Rey, Muro del Carmen, Muro de Cervantes, Avda. de la Paz, Plaza del Ayuntamiento para terminar en la calle Doce Ligero.
El dispositivo policial organizado por el Ayuntamiento de Logroño velaba para evitar accidentes ya que muchas personas se agolpaban en las aceras para poder ver a los Reyes Magos de cerca. Y al final, allá estaban: Melchor, Gaspar y Baltasar junto con toda su comitiva. Sus Majestades de Oriente han repartido regalos y dulces antes de empezar la verdadera tarea que han venido a hacer en La Rioja: dejar los juguetes, libros, bicicletas o muñecas que los miles de niños riojanos han pedido en sus cartas.
Todas ellas han llegado y todas ellas han sido atendidos. Anoche, los niños se marchaban pronto a la cama no sin antes dejar vino, turrón y galletas cerca de la ventana para que los Reyes Magos puedan reponerse del largo viaje al llegar cargados de juguetes a los hogares riojanos. La ilusión y la magia con la que los Reyes Magos de Oriente han inundado las casas de los niños ha continuado toda la mañana. Solo hay que darse una vuelta y fijarse bien: bicicletas relucientes, patines brillantes, muñecas aún metidas en sus cajas y sobre todo, mucha, mucha felicidad.