Hacer reír a miles de niños y niñas refugiados, kurdos, yaziditas e iraquíes. Era el reto del actor riojano Pepe Viyuela que junto a los artistas Pepo Rueda, Donald B. Lehn y Raquel Martínez han permanecido 17 días en el Kurdistán iraquí. El viaje lo han realizado bajo el paraguas de Payasos sin Fronteras con el objetivo de proporcionar apoyo psicológico y emocional a través de la comicidad. Y por lo que cuenta el actor riojano a Rioja2, el objetivo se ha cumplido.
Pese a lo que pueda parecer, “sí que es fácil sacar una sonrisa a los niños porque, a pesar de todo, siguen siendo niños, siguen teniendo esas ganas de vivir y esa alegría y mucho más en sitios como estos en los que la necesidad de diversión y de pasarlo bien es total”.
A los niños es fácil arrancarles una sonrisa pero “cuando llegas a estos lugares y compruebas la situación tan desastrosa en la que viven, te cuestionas absolutamente todo, incluso si tiene sentido lo haces”. Unas dudas e incertidumbres que se disipan cuando enseguida, confiesa. Para ellos, la visita de Payasos sin Fronteras es una “acontecimiento absoluto porque hay niños que jamás han visto un payaso, hay niños que jamás han disfrutado de un espectáculo, hay niños que llevan años sin asistir a un acto, como este, que congrega a toda la comunidad”.
Ahora, es el momento de venir a España y contarlo. Y es lo que hará esta tarde a las 19:00 horas en el salón de actos del IES Sagasta. Invitado por Podemos, Pepe Viyuela trasladará al público asistente que merece la pena la labor que realiza Payasos sin Fronteras. “Cada viaje que hago consigue aumentar la ganas de volver y hace que crea más en lo que estoy haciendo”. Vuelve con las pilas cargadas y con ganas de contar aquí lo que ha visto allí, “que la gente empatice con aquellas personas que ahora lo están pasando mal porque los seres humanos somos iguales en todas las partes del mundo, tenemos las mismas dificultades y ver disfrutar a un niño, a tu hijo, sobre todo en circunstancias como la de esta gente, no tiene precio”.
Con respecto al futuro, Viyuela no se siente del todo optimista. “Vivimos en un mundo mal construido en el que las decisiones que podrían cambiar las cosas de la noche a la mañana, parece ser que no son fáciles de tomar”. Pero bueno, en mi mano está ir a los campos de refugiados con un nariz y zapatos de payaso, hacer reír a los niños y luego venir aquí y contarlo. “Porque el hecho de que sea muy difícil cambiar las cosas no quiere decir que no lo debamos intentar”, concluye. asevera.