¿Que 20 años no es nada?

Rioja2

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Juan Carlos Torres lleva 20 años como propietario del bar 'El Almanaque', le quedan dos de traspaso y pensaba tener abierto hasta que derribaran el edificio (Plaza del Mercado, nº 9), si es que finalmente lo tiran, pero ha surgido un nuevo problema por el que tiene que tiene que tener el local cerrado.

“Se ha caído el edificio de atrás de la calle San Nicolás, me ha afectado al patio y me han cerrado el local”, explica Juan Carlos, quién asegura además que, a diferencia de su vecino, 'La Musa', que ha optado por cerrar, va a intentar continuar con el negocio todo el tiempo posible.

A la pregunta: “Y ahora ¿qué va a hacer?”, responde: “Tengo ya 54 años y me tengo que replantear la vida. Igual sigo con el tema de la hostelería. Me dedico también al campo en San Asensio pero hay que buscarse más cosas”.

Ayer esa esquina de la Plaza del Mercado estaba muy concurrida. Por una parte, los dueños de los

negocios del 'Almanaque' y 'La Musa' estaban presentes para la obra y limpieza de los locales. Por otra parte, un operador de cámara y un reportero de 'Espejo Público', después de enterarse de su historia mediante la noticia de Rioja2.com, estaban haciendo un directo con Felix Javier Palomero. El domingo estuvo con él el programa 'España Directo'.

Felix Javier todavía sigue durmiendo en esa casa pero confiesa que con un ojo abierto y otro cerrado. “El otro día me desperté de un susto porque estaba soñando que vencía el suelo unos centímetros”.

Finalmente, estaba el concejal de Casco Antiguo, Ángel Varea, inaugurando las nuevas escaleras que dan a la calle Carnicerías y dado el revuelo, se pronunció sobre esta situación que él mismo ha calificado como “una especulación pura y dura”.

Asegura que el Ayuntamiento lo único que tiene son las normas para impedir la operación que se ha llevado para destruir los edificios. “Hemos utilizado una fianza para conservar las fachadas. Una de las fianzas más fuertes que incluso supera el valor de las fincas”.

También han puesto como requisito conservar las fachadas por el entorno de monumentos y que la sujeción de la fachada se haga desde el interior. “Es complicado y costoso. Si se derribara el edificio tendría que mantener la estructura desde adentro. No es fácil y ahí es donde tenemos nuestros elementos de presión”.

Varea afirma que al Ayuntamiento le hubiera gustado que se hubiera optado por la rehabilitación, que además obtendría una subvención prácticamente del 60% de la obra. “No queremos que se tiren los edificios y siempre hemos estado al lado de los particulares y buscando soluciones para este problema”.

En este sentido, es consciente de la situación de Felix Javier Palomero. “El más perjudicado es el propietario, que ha pedido unas ayudas a la rehabilitación para entrar en su casa y tenerla en condiciones y ahora resulta que se ve inmerso como co-propietario de los que pretenden especular con la propiedad. Se ve perjudicado por las cargas que se le ponen a los propietarios de las fincas y también como alguien que ha apostado por vivir aquí y se ha gastado su dinero. Ahora tenemos que mirar por los que se sienten perjudicados por una decisión que toma el propietario de estas fincas para especular de una forma salvaje”.

El concejal de Casco Antiguo asevera que el Consistorio está estudiando cómo se puede solucionar. “Vamos a ver cómo podemos arreglar esta situación pero hay que decir que la ruina económica es un acto reglado y mientras no se cambie por parte del Gobierno de La Rioja que la ruina económica se puede pedir siempre y cuando supere el 50% del valor de la finca, estaremos expuestos a estas situaciones.

También ha querido aclarar que tampoco es del todo cierto que se vayan a derribar los edificios.

“De momento, lo único que se declara es la ruina económica”. Sin embargo, el edificio de encima de las escaleras se derribó y fue, según Felix Javier Palomero, esta misma empresa (2.401 Inversiones S.L.), propietaria de un piso, quién instó la declaración de ruina. Finalmente, hemos visto el resultado. Lo derribaron.

“El edificio junto al 8 no fue una ruina económica, fue una ruina técnica

porque las estructuras del edificio estaban muy dañadas y toda la cubierta del edificio estaba en muy malas condiciones y corrían peligro las personas que vivían ahí. Sí que hay que decir que la actuación del Ayuntamiento no fue todo lo rápida y precisa que tenía que haber sido“, apunta Varea.