¿Qué vida tiene este perro?

Rioja2

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¿Tiene este perro una vida digna? Es lo que nos preguntamos en Rioja2 al ver una imagen como la que mostramos en nuestra noticia. Un perro, atado, con bozal, que espera pacientemente a su dueño en el coche durante más de tres horas. Es una secuencia que se viene repitiendo desde hace varios días sin que nadie haga algo por remediarlo.

El coche, sin asientos en la parte trasera, lleno de calderos, trapos y maderas y con unas varillas por sillones en la parte delantera, aparca frecuentemente en la rotonda que hay al final de Pérez Galdós, en la intersección que hay con la calle Rey Pastor. Mal aparcado y en unas condiciones deplorables, perro y automóvil pasan toda la mañana en este lugar.

La Policía Local se dirige al vehículo porque está aparcado en una zona prohibida. Con papel en mano, deja una multa en el parabrisas del automóvil. Aunque la Policía ha hecho su labor, a muchos testigos les hubiese gustado que localizasen al dueño y velasen por el estado del perro.

Varios testigos comentan a Rioja2 que esta situación se lleva repitiendo durante toda esta semana. Aparcado en un lugar u otro, el dueño del coche sale aproximadamente a las 9 de la mañana y regresa a las 12 del mediodía, mientras su animal de compañía pasa la mañana encerrado en el vehículo.

Llamamos a la perrera municipal y nos comentan que ellos no pueden hacer nada mientras el perro esté dentro del coche, ya que es una propiedad privada, si el can se encontrase en la calle sería otra cosa. Nos aconseja llamar a la Policía, al Seprona o a la Protectora de Animales.

La Policía ya ha estado en el lugar, pero desconocía los hechos, por lo que nos hemos dirigido a la Protectora de Animales de La Rioja. Su presidenta, Carmen Faulín, comenta que desgraciadamente situaciones de maltrato animal se dan todos los días sin que nadie pueda hacer nada por remediarlo. Nadie se hace responsable de los casos denunciados, se van pasando la pelota y nadie actúa. La presidenta aconseja llamar en casos similares al Seprona y denunciar la situación.

En el Seprona toman los datos de la queja, la zona en la aparca el dueño del perro, el tipo de perro y nos preguntan intrigados si se trata de un perro de raza potencialmente peligrosa, por la cuestión del bozal. Extrañados y asombrados recogen nuestra versión, “no. Es un perro de caza, no demasiado grande, y sin duda no tiene pinta de peligroso”. Finalmente, aseguran que una patrulla estará atenta, buscando por la zona, un vehículo con estas características.