La noticia saltaba a última hora de la tarde. Tras la reunión del Consejo de Administración del Instituto Riojano de la Vivienda de La Rioja (IRVI), éste tomaba una decisión: no ejercer la opción a compra de terrenos en la zona de interés regional Ecociudad Monte el Corvo. Las razones: hasta que los contenciosos abiertos sobre este proyecto y los proyectos técnicos estén suficientemente definidos.
El proyecto de la Ecociudad tiene dos frentes abiertos, tenía tres: el recurso de Ecologistas en Acción que la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de La Rioja desestimó contra un acuerdo del Consejo de Gobierno de La Rioja para declarar zona de interés regional del lugar donde se ubicará la futura 'Ecociudad' en Logroño el pasado 11 de febrero. Pero continúa a la espera de resolución del contencioso del Ayuntamiento por considerar que el proyecto invadía las competencias de urbanismo del consistorio aunque ya la Justicia Riojana denegó la suspensión cautelar de la declaración de interés supramunicipal por el gobierno local el pasado 13 de abril de 2009.
Por su parte, la Asociación de Empresarios de la Construcción, Promoción y Afines de La Rioja (CPAR) denunciaba el proyecto a finales de año por considerarlo un intrusismo al poder municipal y calificaba al propio presidente de La Rioja, Pedro Sanz, de ejercer “egocentrismo político” al crear un proyecto en el Monte El Corvo y rechazar otros proyecto “serios” en sectores residenciales propuestos por el Ayuntamiento de Logroño.
De hecho, José Ramón Liébana, presidente de la CPAR, tras conocer la noticia de que el IRVI no ejercerá la opción de compra de terrenos en la Ecociudad, aseguraba que no sólo se debía anular la opción de compra sino la tramitación del proyecto completo. Liébana no entiende porqué el IRVI alude a la no resolución de los contenciosos abiertos contra el proyecto ya que “había tres contenciosos, uno de ellos, el de los Ecologistas se desestimó y al día siguiente de ser notificada la sentencia a la Comunidad Autónoma, se publicó el proyecto en el Boletín Oficial de La Rioja” y continúa, “para eso retire todo el proyecto, o no lo retire, pero al menos paralícelo”.
Además de las razones judiciales, Antonino Burgos aludía a una falta de definición en los proyectos como para que el IRVI tenga las garantías suficientes de que se va a hacer vivienda protegida en la Ecociudad. “No está aprobado ni el proyecto de urbanización ni el de parcelación. Por tanto, no se sabe cuál es el coste, cuántas y qué parcelas va a haber”.
UN PROYECTO RODEADO DE POLÉMICA DESDE EL PRINCIPIO
El proyecto de la Ecociudad nació envuelto en polémica. De la mano de la vicepresidente del Gobierno de La Rioja y consejera de Turismo, Medio Ambiente y Política Territorial, Aránzazu Vallejo, se presentó a finales del año 2007. Vallejo aseguraba que era una propuesta de modelo integral de sostenibilidad abierto a las aportaciones del sector de la construcción, de hecho estas declaraciones tuvieron lugar en un acto de presentación ante la CPAR.
La iniciativa de la Ecociudad estaba incluida en el programa electoral del Partido Popular y en un principio, no se plateaba una ubicación concreta aunque todo apuntaba a que tendría lugar en el área metropolitana de Logroño. Precisamente, su ubicación en el Monte El Corvo, protegido medioambientalmente, abrió la caja de los truenos.
El proyecto de la Ecociudad en el Monte El Corvo no contaba con el beneplácito del Ayuntamiento de Logroño, ni cuando estuvo gobernado por el Partido Popular ni, mucho menos ahora, cuando gobierna el PSOE y el PR. El consistorio se opuso al proyecto, alegó que era una zona protegida y que las decisiones del Gobierno invadían sus competencias en materia de urbanismo. Y acudió a los tribunales.
Sin embargo en diciembre del año pasado, la COTUR aprobaba definitivamente el proyecto de zona de interés regional para el desarrollo de la ciudad y se concretaba así una propuesta megalómana de viviendas protegidas, zonas verdes y energías renovables fuera del casco urbano de Logroño.
El proyecto establecía que dispondría de de 61,18 hectáreas, 2.982 viviendas y parques eólicos y fotovoltáicos que generarían gran parte de la energía consumida por el gran número de personas que vivirían allí. Además contemplaba un Centro de Interpretación de Energías renovables y estaría sembrado de carriles bicis y circuitos peatonales.
El estudio holandés de arquitectura MVRD había diseñado el proyecto y las promotoras del mismo LMB y Progea.
“PELOTAZO URBANÍSTICO”
Pero si el proyecto en sí no convencía menos lo hacía las formas en las que las promotoras se habían hecho con los terrenos y luego los habían vendido al IRVI. De hecho, el Partido Riojano acusaba al Gobierno regional y a un ex-concejal del anterior gobierno popular José Musitu de tramar “un gran pelotazo urbanístico”. La trama que planteaba el PR era la siguiente: las empresas Progea y LMB se iban a embolsar cerca de 6,5 millones de euros gracias a la operación de compra de terrenos, en un principio rústicos, donde se había planificado la Ecociudad.
¿Cómo? En 2005 las dos promotoras compran los terrenos de El Corvo a 3 euros el metro cuadrado. Entonces era concejal de urbanismo José Musitu, actual colaborador de una de las empresas, según el PR. El precio del metro cuadrado era tan barato porque era rústico.
En 2009, el IRVI compra a estas dos empresas 20.000 metros cuadrados a 9 euros, un total de 180.000 euros. El mayor desembolso del Gobierno de La Rioja hubiera tenido lugar este año, si no se hubiese decidido no ejercer la opción de compra, cuando el IRVI pagaría 6,5 millones de euros para comprar 136.921 metros cuadrados en los que se edificaría la Ecodiudad. El metro cuadrado ostenta un valor de 46,80 euros frente a los 3 que se pagaron en 2005. Un negocio muy rentable.