Ya ha comenzado el derribo del edificio siniestrado junto a Adoratrices el pasado martes. Desde esta misma mañan ase anunciaba ya que las medidas de seguridad iban a intensificarse y que el derribo podría retrasarse. Finalmente ha comenzado poco antes de las cinco de la tarde de este juves.
El martes, desde primera hora, los vecinos de los números 16 y 18 de Calvo Sotelo fueron desalojados. Ayer se anunció que se sumarían a partir de hoy todas las personas del bloque número 20 y esta mañana, tras la reunión mantenida con los especialistas, se ha decidido que desalojen también sus viviendas todos los vecinos y vecinas del número 14 de esa misma calle.
Además, el cercado de seguridad perimetral se ha ampliado a todo el entorno y acoge ahora buena parte de la calle Juan XXIII y también de Calvo Sotelo. Así se mantendrá hasta que concluyan los trabajos que, inicialmente, se prevé que comiencen este jueves. El comienzo de la demolición estaba previsto para las 14 horas aunque a esta hora ultiman los preparativos para poder comenzar hacia las 16.30 horas.
La duración desalojo dependerá de la evolución del derribo, “si esta tarde los riesgos de los elementos en altura se eliminan los vecinos podrían volver a sus casas, y si se prolongan o surge alguna prolongación se prolongará unas horas más”, ha avanzado el concejal Javier Martínez Mancho, sin poder determinar exactamente los plazos.
Se espera que a lo largo de este mismo jueves, en unas horas, se pueda solventar la parte de mayor riesgo de la intervención, pero hasta entonces, de acuerdo con todos los expertos, se ha decidido elevar el nivel de seguridad.
En cuanto a la dificultad de la demolición, “el problema son las dudas que ha generado una estructura que se pensaba que podía ser más resistente pero ahora mismo no hay garantía de que estén en las condiciones que se pensaban”, ha indicado el concejal, que ha indicado que han sido las razones de seguridad las que han aplazado el comienzo de esta intervención “para mininizar el riesgo al máximo”.
Sobre la duración de estas labores, ha estimado que “es probable que en 24 horas el riesgo se haya eliminado” aunque ha reiterado que el mayor problema es la primera parte de la demolición “para que no afecte a edificios colindantes ni a la seguridad de las personas”.
La investigación de las causas del derrumbe no va a ser fácil: “los informes periciales van a ser muy extensos y elaborados por distintas partes, intentar determinar las causas del colapso es bastante arriesgado”, aunque ha aclarado que la Policía e Inspección de Trabajo no han puesto impedimentos al derribo: “los datos están tomados y este derribo está hecho por razones de emergencia”.