Cientos de personas murieron y más de 1.000 resultaron heridas durante los bombardeos realizados por el Gobierno durante esta noche y que continúan hoy en el norte de Sri Lanka, según denunciaron hoy fuentes médicas.
El Gobierno insiste, sin embargo, en que no utilizó artillería pesada en los ataques a la zona que aún permanece bajo control de los Tigres de Liberación de la Tierra Tamil (LTTE), informó la BBC. Aun así, las fuentes insistieron en que bombardeos duraron durante varias horas y que provenían de territorio bajo el control del Ejército ceilandés.
Un médico que trabaja en la región aseguró que casi 400 personas han muerto en las últimas 24 horas y que más de 1.000 están siendo tratados por heridas, y añadió que hay más cadáveres en las carreteras y la playa. Poco antes, otros funcionarios indicaron que las áreas bajo ataque quedaban dentro de lo que el Gobierno ha denominado la “nueva zona de seguridad”, a donde el Ejército pidió a los civiles desplazarse.
Según los informes, dos hospitales en la región están encargándose de los heridos. La gente ha buscado refugio en búnkeres y varias tiendas de campaña donde habitaban se han quemado. Entre las víctimas se encuentra un jefe de enfermería del Gobierno, ya que las bombas cayeran cerca de las instalaciones médicas y en zonas muy pobladas, aseguraron las fuentes.
Por su parte, el portavoz del Ministerio de Defensa de Sri Lanka, Keheliya Rambukwella, afirmó que se trata de “propaganda” de los rebeldes y que no ha habido bombardeos aéreos ni de artillería sobre las zonas civiles. “Eso es un hecho”, insistió, tras lo que alegó que los milicianos mantienen a los civiles retenidos en la zona para “pedir un rescate”.
El Ejército también afirma que los rebeldes mataron a nueve civiles que intentaron escapar de la zona el sábado. Los Tigres Tamiles y el Ejército con frecuencia se acusan mutuamente de atrocidades en el conflicto civil. No obstante, las acusaciones son imposibles de confirmar ya que la prensa extranjera está excluida de la zona de guerra.
Los orígenes del conflicto se remontan a la época de la independencia, en 1948, cuando se evidenciaron las tensiones entre la mayoría cingalesa, predominantemente budista, y la comunidad tamil, de hindúes y católicos. En la década de los 70 los Tigres Tamiles empezaron a luchar por un Estado independiente. El conflicto se recrudeció en 2005, cuando la idea de autonomía para los tamiles fue descartada y se empezó a reforzar la ofensiva contra los rebeldes.
En enero, las fuerzas gubernamentales tomaron el control de la capital de facto de los Tigres Tamiles, Kilinochchi. En febrero cayó Mullaitivu, otra victoria simbólica sobre los rebeldes, que ahora están relegados a una estrecha franja en el noreste.