“Bueno, un día es un día, además, ¡estamos de vacaciones!”. ¿Cuántas veces lo habremos repetido? Así que luego, se vuelve al lugar de origen y a la cruda realidad y a subir la cuesta de septiembre, que cuesta por los kilos de más que se han cogido y por todo el dinero que se ha gastado en el camino fácil de nuestras vacaciones, así que a muchas personas no les queda otra que pedir créditos urgentes para la vuelta al cole cuando les viene un imprevisto.
¿Por qué pasa esto? Primero, hay que tener en cuenta que en las vacaciones, por mucho que se tenga un presupuesto de partida, es muy difícil no concederse un capricho, por pequeño que sea.
Según el Primer Estudio sobre Ahorro y Viajes realizado por un portal de viajes, más del 40% de los riojanos que participaron a la encuesta afirman que tienen que ahorrar un año entero para poder irse de vacaciones, aunque el 70% afirma no haber conseguido superar la barrera de los 1.000 euros para destinar a vacaciones.
Independientemente del presupuesto de partida, siempre se puede intentar recortar de alguna manera en aspectos como tipo de alojamiento, comidas o forma de moverse.
En otro estudio realizado por una agencia de viajes, identificaban la Costa Dorada como el destino preferido de los riojanos, esto es Bendiorm, Gandía, Denia, etc. Y esta zona, de un fuerte reclamo turístico, nacional e internacional, tiene precios muy dispares, dependiendo del área o el plan en el que vayamos.
En cualquier caso, siempre se gastará más de lo previsto. Es casi una realidad que todos conocen antes de salir y aumentar el presupuesto no soluciona el problema, porque se seguirá gastando más. Es así, es casi irremediable.
En la cruda realidad, luego, en cuanto se gira la llave al entrar a casa, vuelven las preocupaciones diarias y el vaivén del trabajo y, muchas veces, por ley de Murphy sucede un imprevisto: lavadora rota. Justo cuando se había vaciado la maleta. Pues bien, aquí los microcréditos hacen una ola y su septiembre – después de Navidad harán su cuesta de enero, a su ritmo.
Lo bueno de los préstamos online es la facilidad de su gestión. Son créditos rápidos, créditos rápidos en 10 minutos. Ese es el tiempo que suele tardar en realizarse toda la operación y tener el dinero en el banco indicado para poder arreglar la dichosa lavadora – o comprarse otra que, a veces, compensa más.
Aunque haya momentos de pavor porque la lavadora no gira y el último euro gastable se fue con el último helado de chocolate, la posibilidad que da internet es genial, ya que existen muchas plataformas donde poder gestionar estos minicréditos de manera sencilla, solicitando sólo el dinero que se necesita y sin tener ni que hacer ningún desplazamiento ni depender de horarios comerciales. Basta una conexión internet y seguir el formulario y sus instrucciones.
Una vez lavadora esté arreglada y la ropa tendida, el contador se vuelve a poner a cero y se empieza, otra vez, a ahorrar para las vacaciones que, sin duda, es lo mejor que tiene el año.