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Los cuadros catarrales se disparan por la “escasa inmunidad” tras dos años de pandemia

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Tras dos años de medidas antipandemia el frío ha llegado acompañado, como cada año, de muchos agentes de cuadrados catarrales. Sin embargo, ahora, “tenemos más porque no hay inmunidad en la población; es como una venganza de los dos años de 'vacaciones'”.

Rinovirus, virus parainfluenza y cuatro tipos de coronavirus que no son el Covid producen, de manera periódica cada año, cuadros catarrales, tal y como ha relatado el médico especialista en enfermedades infecciosas Vicente Soriano.

En un entrevista a Europa Press, el también investigador principal del grupo 'Medonline' de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) ha apuntado a una situación en la que ha llegado el frío y, además, ya no llevamos mascarilla por sistema, estamos trabajando, nos reunimos en sitios cerrados y los niños están en el colegio.

“Lo normal es que haya un pico de cuadros catarrales”. Y es que, ha añadido, “llevamos dos años de 'vacaciones', que no hemos tenido” este tipo de infecciones respiratorias altas, a causa de las medidas que se han tomado ante la pandemia por la Covid-19, “y apenas hay inmunidad”.

Es algo que se está padeciendo en toda la población, incluyendo los más mayores, en la residencias y los niños. En estos últimos, el pico este año “está siendo intenso” y produce bronquiolitis, sobre todo en bebés, y tienen que hospitalizarse.

El virus respiratorio incipial, que se diagnostica con una muestra PCR como la del coronavirus, en ancianos “también puede complicarse y puede requerir hospitalización, antibióticos o algún antiviral”.

Este año, como peculiaridad, se están viendo casos de gripe en niños porque durante dos años no se han expuesto, y se ha valorado, por la Sociedad Española de Pediatría, vacunarlos, porque no tienen inmunidad previa.

Y es que aquellos que son obesos, diabéticos o tienen alguna enfermedad de base podrían tener cuadros graves de gripe. Además, este año tenemos circulando dos variantes de gripe: HRN2 y H1N1.

Soriano ha considerado que no sería necesario recuperar el uso de mascarilla: “La gente lo que quiere es pasar página de las medidas de aislamiento social”.

“Más que descargar la responsabilidad en toda la sociedad, y recomendar mascarillas o no coincidir en lugares cerrados, es momento de pasar a la responsabilidad personal”, ha dicho.

Así, cuando una persona sea diabética, tenga obesidad o haya tenido un trasplante, o sea mayor, “tiene que protegerse él”. Y la persona que esté diagnosticada, “por responsabilidad social, no coincidir con otros, sobre todo si son de grupos de riesgo”.

Hay que “asumir que vamos a tener más casos, estar prevenidos y que el acceso a los hospitales sea fácil”.

CUADRO CATARRAL O ALGO MÁS SERIO

Soriano ha destacado la importancia de, primero, diferenciar si es un catarro de algo más serio, por ejemplo, una neumonía. El catarro es infección de las vías respiratorias altas (boca, nariz y garganta) y neumonía es la infección en los pulmones.

Todos los procesos respiratorios pueden producir cinco cosas en común: fiebre, dolor de cabeza, rinitis (moqueo), dolor de garganta y cansancio con, a lo mejor, un poco de dolor muscular.

Sin embargo, hay tres cosas que pueden ayudar a diferenciar si es más grave: fiebre de más de tres días y más de 38 grados, expectoración (moco verde) y sensación de ahogo, falta de oxígeno (por debajo de 93 por ciento).

Cuando aparecen estas tres cosas hay que llamar al médico, o acudir al hospital, porque lo probable es que sea un cuadro serio. Estos pacientes “son los que deben acudir al hospital”. El resto, pueden curarlo en casa.

“Va a haber más”, ha aseverado explicando que “vamos a tener pico alto, sobre todo en ancianos, de gripe en Navidad porque el frío ha llegado tarde” y “el efecto lo vamos a ver en tres semanas”.

Ha insistido en la vacunación, tanto en Covid como en gripe, porque “son muy eficaces; otra cosa es que el efecto protector se pierda”.