Los ecologistas se oponen al ATC

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Las organizaciones ecológicas se unen para protestar por la instalación del Almacen Temporal Centralizado (ATC). Greenpeace , Ecologistas en Acción y Tanquem Les Nuclears han comunicado su “rotunda oposición” a la propuesta realizada por el Ministerio de Industria, Miguel Sebastián, de construir un cementerio nuclear centralizado.

Además de la negativa, las organizaciones han querido defender la necesidad de buscar y lograr el consenso social antes de proceder a la construcción del ATC. Los grupos ecologistas consideran que es un problema de relevancia tanto social, como ambiental o económica. “Para que ese acuerdo se logre deben estar incluidos todos los agentes interesados, incluidas las organizaciones ecologistas”, aseguran.

Los grupos critican que el Ministerio de Industria provoque a los alcaldes con dinero público que procede de los fondos de la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (ENRESA), para que algún municipio español se ofrezca voluntario para albergar el ATC. De esta forma, aseguran los ecologistas, los ayuntamientos no tienen en cuenta la opinión de su municipio, la de los pueblos vecinos ni la de su comunidad autónoma.

Sebastián está promoviendo claramente una postura pronuclear, declaran las organizaciones. El ministro trata de tener un pretexto para alargar la vida de las centrales nucleares, lo que aumenta el riesgo de accidente en unas instalaciones ya muy envejecidas y deterioradas. En palabras de Carlos Bravo, responsable de la campaña de Nuclear Greenpeace, “sí le parece suficiente a Miguel Sebastián que sea el consistorio de un pueblo el que decida dónde albergar una instalación tan peligrosa para la salud pública y el medio ambiente como es el almacén de todos los residuos radiactivos de las centrales nucleares españolas”.

Centro Tecnológico Asociado

El ATC es una instalación experimental nuclear para investigar con técnicas de transmutación. Entre las distintas instalaciones que conllevaría la construcción del ATC se encuentran un reactor nuclear transmutador, instalaciones para el reprocesamiento y la elaboración de elementos combustibles nucleares para ese reactor. Este tipo de funciones, en opinión de las organizaciones, “conlleva riesgos de accidentes nucleares y escapes de radiactividad inherentes a su funcionamiento”.

Los residuos radiactivos de alta actividad suponen un grave problema ambiental, económico y de salud pública, que la industria nuclear no ha sabido resolver durante sus 50 años de existencia. Tendrán que pasar 482.000 años para que el plutonio-239 que se encuentra en este tipo de residuos, deje de ser radiactivo, 34.000 años para el radio-226, 112.000 años en el caso del carbono-14, según los datos ofrecidos por los ecologistas.

Greenpeace, Ecologistas en Acción y Tanquem les Nuclears piden que cualquier estrategia o plan de gestión de los residuos radiactivos sea concensuado socialmente. Exigen, además, el cierre progresivo y urgente de las centrales nucleares del país. “El abandono de la energía nuclear y su sustitución por recursos energéticos limpios (energías renovables y programas de ahorro y eficiencia energética) es posible gracias a su elevado potencial”, afirman.