Amy I. Lynch, de la Universidad de Minnesota (EE.UU.) es la directora del equipo de investigación que ha buscado variantes genéticas que expliquen la respuesta a las terapias contra la hipertensión (HTA), siguiendo el rastro de hallazgos anteriores. Su objetivo concreto fue un genotipo llamado NPPA.
En su investigación se incluyó a casi 40.000 personas con hipertensión, cuyos datos estaban disponibles en un gran ensayo clínico llamado ALLHAT, que comprendía exhaustivos datos sobre pacientes norteamericanos y canadienses.
Se establecieron varios grupos: 13.000 pacientes fueron tratados con medicamentos diuréticos; algo más de 8.000 con bloqueantes de canal del calcio; otros tantos con un inhibidor de la enzima de conversión de angiotensina (IECA) y 8.000 más con un alfabloqueante.
Los científicos encontraron pruebas de asociación farmacogenética de una variante de NPPA (T2238C) con la enfermedad coronaria, el ictus (infarto cerebral) y la mortalidad por cualquier causa en el grupo de diuréticos y bloqueantes del canal del calcio. En cambio, en el grupo de IECA y alfabloqueante, la asociación fue para el ictus solamente.
“También vimos una asociación farmacogenética entre NPPA y los cambios en los valores de presión arterial sistólica y diastólica a los seis meses de haber empezado el estudio”, indican.
“Este estudio demuestra que unas variantes responden mejor a un diurético y otras a un bloqueante del canal del calcio”, añaden. De todas formas, matizan que habrá que seguir estudiando estos grupos de población para llegar a asignar tratamientos personalizados.