Los vecinos de algunas de las Calles Abiertas no entienden qué significan las pinturas, tienen quejas sobre cómo ha afectado a su día a día esta nueva configuración de la ciudad y algunos comerciantes temen que se conviertan en peatonalizaciones.
En la calle Fundición, una vecina apuesta por que las aceras sean más anchas: “peatonal de todo no es porque ¿quién baja la acera? las personas mayores no podemos”. “Una vecina me dijo una vez que es como una habitación de su casa desordenada”, ha indicado un comerciante de la zona.
En Sagasta, un vecino ha celebrado que “las calles están mucho más anchas, se anda mejor”. Sin embargo, no es la opinión más habitual. Los colores indican la prioridad peatonal aunque la gente sigue prefiriendo ir por la acera y los comerciantes se quejan de la falta de aparcamientos.