Los podólogos piden que se ordene el cierre de las clínicas excepto para urgencias

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El Colegio de Podólogos de La Rioja ha solicitado al director general de Salud Pública del Gobierno de La Rioja la Orden de cierre de las clínicas podológicas (salvo urgencias).

El objetivo es evitar posibles contagios de pacientes positivos asintomáticos al salir de sus domicilios y no incrementar la falta de suministro de material sanitario. Por tal motivo, debe considerarse la podología como una actividad suspendida a todos los efectos, salvo la asistencia a urgencias.

El presidente del Colegio de Podólogos, Marcos Villares, considera que “la atención de urgencias podológicas por parte de los colegiados debe mantenerse para no contribuir al colapso de los servicios de urgencias hospitalarios”. Galicia y Castilla-La Mancha ya lo han ordenado.

Las clínicas piden poder solicitar ERTEs por fuerza mayor

El Real Decreto 8/2020 y las medidas urgentes extraordinarias para atender el impacto económico y social del COVID 19 obliga al Colegio de Podólogos a comunicar al Gobierno de La Rioja la grave situación de emergencia en que se deja a los profesionales de la podología.

Los 46 podólogos riojanos se encuentran ante la completa indefinición legal sobre la situación de sus clínicas. Por ello, es necesario que las autoridades contemplen la podología como actividad suspendida, afectada directamente por la pandemia ocasionada por el COVID-19, para que las clínicas podológicas puedan solicitar expedientes de regulación de empleo de suspensión por fuerza mayor y las ayudas a los autónomos.

Además, el Colegio de La Rioja pide al Gobierno regional que solicite al Ministerio que desarrolle debidamente el alcance de la ayuda económica planteada en el Real Decreto, ya que caben múltiples interpretaciones y genera confusión en el colectivo afectado: las pérdidas de facturación justificadas deben contemplarse de la forma más amplia posible.

Los podólogos justifican el cierre de las clínicas

El Colegio de Podólogos no puede garantizar una asistencia segura a sus pacientes por los siguientes motivos:

  • No hacer público el cierre obligatorio confunde a la población animándola a venir a los centros podológicos.
  • Parte de los procedimientos podológicos implican un contacto directo y mantenido en el tiempo con el paciente, lo que aumenta el riesgo de contagio entre el paciente y el podólogo.
  • Muchos de los tratamientos podológicos no tienen carácter urgente por lo que pueden ser pospuestos, lo que evita que los pacientes tengan que desplazarse a las clínicas y disminuye el riesgo de contagio o propagación. Ya se ha puesto en marcha un protocolo por el cual el paciente urgente es atendido previamente por teléfono mediante un cuestionario.
  • La conservación y almacenaje de la mayor cantidad de material posible exige su no utilización en nuestra consultas. Todo este material debe quedar a disposición de los profesionales sanitarios que actúan en primera línea en el sistema sanitario público. Salvo urgencias, ni los pacientes, ni los podólogos ni el personal de sus clínicas tienen garantizado el derecho a su salud, ni es posible garantizar el no contagio.
  • Desde la Administración se está aconsejando la restricción del movimiento de las personas, por lo que la asistencia de los pacientes, en su mayoría personas mayores, a los centros podológicos, y sin los EPI´s suficientes, no haría otra cosa que ayudar en la propagación del virus.

Como consecuencia de esta crisis sanitaria, la gran mayoría de las 33 clínicas podológicas de La Rioja ha decidido cerrar sus centros, para preservar la salud de sus trabajadores y sus pacientes.

Desde el Colegio de Podólogos se reitera el incondicional apoyo y la plena colaboración al Gobierno de La Rioja para hacer frente a la actual situación, y poner a su disposición los profesionales sanitarios podólogos de cada rincón de La Rioja, con el firme propósito de volver a la normalidad cuanto antes.