Los dos principales sindicatos de la Comunidad, UGT y Comisiones Obreras, ven con reservas el proyecto de reindustrialización de las antiguas instalaciones de Electrolux en Fuenmayor por parte de la empresa Solaria, al cumplirse este lunes dos años del cierre de sus instalaciones.
Estas reservas son aún mayores después de que éste sea el tercer proyecto de reindustrialización que se anuncia, tras los intentos fracasados de Henry Forero y Jason Ramsey, y más después de que no se esté cumpliendo el calendario de actuaciones anunciado el pasado 29 de febrero por Solaria y el Gobierno regional. De acuerdo con el mismo, en la semana del 3 al 7 de marzo debían de estar escriturados los terrenos de Electrolux a nombre de Solaria.
“Ha pasado casi un mes y, que sepamos, no se ha producido el proceso de compra-venta
. Mientras no se produzca este hecho notarialmente, lo anunciado seguirá siendo otro proyecto más, como los dos anteriores“, afirma el secretario general de MCA-UGT, Pedro Soldevilla.
ANTECEDENTES
Electrolux, el mayor fabricante de electrodomésticos que existe, dejó de operar en La Rioja el 31 de marzo de 2006 después de treinta años de presencia en la región, en la que inició su andadura bajo el nombre de Ibelsa (Ibérica de Electrodomésticos, S.A.), en 1976, para luego ser adquirida por la multinacional sueca en 1984.
La compañía dejó en la calle a 440 trabajadores fijos, 310 hombres y 130 mujeres, de los que 107 fueron prejubilados y siete aceptaron el traslado a otra planta que tenía la empresa en la localidad madrileña de Alcalá de Henares. A esta cantidad habría que unir los trabajadores de las empresas auxiliares que se vieron obligadas a cerrar, en algún caso, o a reducir plantilla en la mayoría, dejando a varias decenas de sus empleados en el paro con peores condiciones que en Electrolux.
El pasado 14 de marzo, en su comparecencia ante el Parlamento riojano para explicar el proyecto de reindustrialización de Solaria, el presidente de la Comunidad, Pedro Sanz, afirmó que 359 de los trabajadores de Electrolux se habían prejubilado, conseguido un empleo o hecho autónomos. Sanz también afirmó entonces que solo 35 de ellos no había conseguido una colocación y que 185 de los que la habían encontrado tenían un contrato indefinido.
“A día de hoy lo único que podemos decir es que el 90% de los trabajadores están muchísimo peor laboralmente de lo que estaban cuando trabajaban para Electrolux.
O no se han recolocado o tienen empleos precarios o están fijos y con sueldos muchos más bajos“, afirma Soldevilla.
El secretario de Acción Sindical de CC.OO., Pablo Sariego, coincide con esta afirmación de Soldevilla y recuerda que este próximo mes de abril concluirán las prestaciones del paro para aquellos empleados que no encontraron trabajo y que son una gran mayoría de los que llevaba más de treinta años en Electrolux. Es por eso que este nuevo anuncio de Solaria, avalado por el Gobierno regional, ha venido a despertar sus “esperanzas” de encontrar una salida laboral a su situación, lo mismo que la de todos aquellos que tienen un empleo precario.
Sin embargo, para Sariego, antiguo empleado de Electrolux, está posibilidad es difícil que se llegue materializar, por cuanto que plan social que se firmó en su día con la multinacional para cerrar la planta solo era compromiso de intenciones, sin carácter obligatorio a la hora de recolocar a los antiguos empleados. “En todo caso, quien tiene ese compromiso es Electrolux y no Solaria”, afirma Sariego.
Soldevilla entiende que si bien el compromiso que se alcanzó era con Electrolux, está no puede vender los terrenos sin exigir a Solaria la recolocación de sus antiguos empleados. “Nosotros, en todo caso, se lo vamos a exigir a la multinacional, lo mismo que también se lo vamos a exigir a Pedro Sanz, que es quien ha avalado este nuevo proyecto”, dice Soldevilla, quien afirma que le gustaría que de una vez por todas saliese adelante una iniciativa de reindustrialización.
“Yo, desde luego, me conformaría con que se generasen 200 o 250 puestos de trabajos. Si se alcanzan a medio plazo los 700 que han prometido solo podré decir ¡Aleluya!. Yo no soy creyente, pero si fuera así terminaría creyendo”, dice.