“Los suicidas son personas que sufren mucho”
Cuando a una persona se le pasa por la cabeza suicidarse, además de lidiar con su tristeza, rabia y miedo, también se siente incomprendida y avergonzada. Y es que el suicidio, considerado históricamente un delito y un pecado, es todavía un tabú. Para desterrar tópicos y ayudar a visibilizar este problema, este lunes el Teléfono de la Esperanza de La Rioja celebra el Día de la Prevención del Suicidio.
Su presidenta y psicóloga, Magdalena Pérez, explica a Rioja2 que una persona con pensamientos suicidas no es ni cobarde ni valiente, sino “una persona que sufre mucho, que siente que no tiene recursos suficientes para afrontar lo que le está pasando y que necesita ayuda”.
Lo cierto es que no tratamos igual a una persona con otra enfermedad física que a alguien con problemas mentales. “El estigma social está presente en lo relacionado con la salud mental y nos lleva a ocultarlas, a quitar importancia”.
“La mayoría de las personas que realizan un intento de suicidio no quieren morirse, quieren dejar de sufrir”.
Todavía queda mucho por hacer, cree Pérez, quien considera que “la salud mental debe ser una prioridad en nuestro contexto, abordada desde un ámbito interdisciplinar, con una concienciación de su importancia que llegue a las familias, a las escuelas y a los profesionales del sistema de salud”.
Cada día se suicidan en España 10 personas, 4.000 al año, con lo que el suicidio es un problema de Salud Pública que afecta a toda la sociedad. En La Rioja fueron 28 las personas que se quitaron la vida en 2016. A estas cifras hay que sumar las tentativas, los intentos no consumados; las personas que han perdido las ganas de vivir... y también los familiares y amigos que sufren, “a veces impotentes, siempre asustados, y que viven un complejo proceso cuando pierden a un ser querido por un suicidio consumado”.
Pero es difícil ponerse en el lugar de alguien que quiere quitarse la vida. Pérez nos ayuda: “La mayoría de las personas que realizan un intento de suicidio no quieren morirse, quieren dejar de sufrir, dejar de experimentar el dolor que sienten o que termine el sufrimiento que viven. Son personas que, ante una situación que les resulta muy amenazante o muy dolorosa, no tienen recursos suficientes, emocionales y relacionales para afrontarla de forma satisfactoria y comienzan a contemplar el suicidio como una opción válida de cara a erradicar la angustia, la ansiedad y el dolor que le produce”.
¿Cómo reconocer a alguien que quiere suicidarse?
Circulan falsos mitos en torno a las señales de alarma, como la idea de que si alguien habla de su intención de suicidarse es que no lo va a hacer o la idea de que quien lo hace no avisa. Magdalena Pérez explica que nueve de cada diez personas que se suicidan manifestaron claramente sus propósitos y la otra dejó entrever sus intenciones de acabar con su vida. Solo un escaso número de suicidios se produce sin aviso.
Esto significa que podemos reconocer las señales de alerta. Síntomas como un estado de ánimo muy bajo, aislamiento, insomnio, trastornos alimentarios y de conducta, abuso de sustancias, falta de cuidado personal, despedidas… nos pueden poner sobre aviso sobre la existencia de estas ideas en esa persona.
Así, si detectamos una persona con riesgo suicida le preguntaremos sobre ello, trataremos el tema con franqueza y buscaremos ayuda profesional, “hablar sobre los pensamientos o planes de suicidio no incrementa ni la desesperación ni los intentos de suicidio”. Un factor común a casi todos los suicidios es el sentimiento de soledad y aislamiento, ese puede ser un indicador que nos oriente hacia la prevención.
'Da palabra al dolor'
Este año el lema elegido por el Teléfono de la Esperanza es 'Da palabra al dolor. El dolor que no sale gime en el corazón hasta que lo rompe'. “Dar expresión al dolor es el único camino tanto para la prevención como para la elaboración de la pérdida cuando la persona ha fallecido. Y ser capaces de acercarse a la persona afectada con compasión y con empatía, escuchar lo que necesite expresar y no juzgar, es fundamental para que pueda elaborarse bien”.
Entre los actos previstos, el lunes 10 de septiembre, en la Plaza del Espolón, se leerá un manifiesto a las 20:00 horas y tendrá lugar un encendido de velas. Además, los días 8-9 y 11 hay programadas visitas guiadas a los Museos Würth y Museo de La Rioja respectivamente y el día 12, el Centro Fundación Caja Rioja Bankia Gran Vía acogerá, a las 19:00 horas, la conferencia 'Suicidio, enigma y estigma' a cargo de Juan Carlos Pérez Jiménez.
Paralela a esta campaña, también se ha puesto puesto en marcha la actividad 'Pedalea por la Vida' que se realiza desde el día 1 al 17 de Septiembre. A lo largo de estos días, irán sumando kilómetros en bicicleta y registrándolos en la web www.telefonodelaesperanzalarioja.org. El día 17 de Septiembre, en el Pisado Popular de la Uva harán el recuento total de kms realizados en La Rioja. Este año, con la colaboración de la ciclista Sheyla Gutiérrez.
Teléfono de la Esperanza de La Rioja: 941 49 06 06
Además, en nuestra comunidad se trabaja en el Plan de prevención de suicidio de La Rioja. Un proyecto en el que colaboran médicos, psiquiatras, psicólogos, enfermeras, trabajadores sociales, docentes, abogados, fuerzas de seguridad, periodistas, trabajadores y voluntarios de diferentes asociaciones, con el objetivo del cuidado de la salud emocional de las personas, afectados y supervivientes. Porque prevenir el suicidio es cosa de todos.
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