Los danzadores de Anguiano han vuelto a subirse a los zancos para honrar a la patrona del pueblo. Tras dos años de pandemia, esta especial danza ha vuelto a sonar en el Día de María Magdalena y el pueblo se ha llenado para la ocasión.
Subidos a los zancos de madera, los danzadores han vuelto a descender girando las empedradas cuestas de Anguiano en un momento declarado Bien de Interés Cultural de carácter inmaterial.
A pesar de dos años de parón, la danza no se olvida. Los ocho danzadores afianzan sus zancos a las piernas. Tras ello se ponen en pie y se disponen frente a la puerta de la iglesia en dos filas de a cuatro. Con la mirada puesta en el pórtico de la iglesia, donde se encuentra la imagen de la santa que da nombre a las fiestas, esperan al tamborileo de los músicos para lanzarse por la famosa cuesta de los danzadores.
En este día grande de sus fiestas han danzado en dos ocasiones, a mediodía y a las ocho de la tarde, aunque ya lo hicieron ayer en la víspera y repetirán mañana sábado también por la mañana y por la tarde.