El 13 de julio de 2011 queda para el recuerdo como el nuevo pistoletazo de salida en la carrera olímpica para el año 2020. Es el último intento de Gallardón como alcalde de Madrid, que dejó aparcado el sueño del Olimpismo hasta que pasara el período electoral. Esta mañana ya lo anunciaba en el Consistorio y ha ocurrido lo previsto: Jaime Lissavetzky, del PSOE, ha apoyado esta andadura olímpica, porque juntos ya han recorrido una larga travesía para convertir a Madrid en la sede oficial de los JJOO.
Como era de esperar y en época de crisis con la capital, que apenas puede sostener la enorme deuda que tiene a sus espaldas, el presupuesto era uno de los principales escollos y el argumento de peso para que IU y UPyD hayan expresado cierto malestar y reparos a este nuevo intento. Lo mismo ha sucedido con el PP a nivel regional.
En rueda de prensa, Lissavetzky ha arropado a Gallardón, que se encontraba junto a Manuel Cobo, su fiel número dos en el Ayuntamiento de Madrid. El principal líder de la oposición, que también ha intervenido, ha dejado claro que “no ha sido fácil tomar la decisión”, porque la crisis ha puesto muchas trabas en el camino, las que no hubo en los intentos anteriores. En esta línea, Lissavetzky ha resaltado que “hicimos una reflexión larga sobre los aspectos deportivos y la cantidad de infraestructuras realizadas y vimos que había un camino avanzado”. Sin embargo, el socialista ha puesto de relieve que “la candidatura tiene la perseverancia que se valora tanto en el mundo olímpico”, por lo que “ésta es una gran oportunidad”. Y por ello, y sin olvidar la crisis de por medio, ha añadido que “en la proposición figura que apostamos por la austeridad. Se conseguirá recabar la mayor financiación privada posible”. Y es que 7.200 millones de euros de deuda son muchos millones, una cifra tan abultada ata de pies y manos a la capital para esta aventura olímpica y de ahí que por primera vez no haya habido consenso entre todos los grupos parlamentarios. Mientras, Aguirre y el secretario general del PP de Madrid han reconocido que dos intentos ya son suficientes para aparcar el proyecto de los JJOO en 2020 y que no es momento de “meternos otra vez en ese jardín”.
El mundo del deporte se ha vuelto a volcar con Madrid tras el fiasco de 2016, cuando Río de Janeiro se llevo los JJOO en el último suspiro. Ha habido que esperar a saber el veredicto de los hermanos Juegos de Invierno de 2018 que irán a parar finalmente a Asia. Ganó PyeongChang, en Corea del Sur, por lo que un relevo Europa-Asia sería bueno siempre y cuando Madrid venza a Roma y Estambul.