La agencia de la ONU para los refugiados expresó su preocupación por los nuevos desplazamientos registrados en la región pacífica de Colombia en las últimas semanas.
En los últimos dos meses, más de 1.800 personas en los departamentos de Valle del Cauca, Cauca, Chocó y Nariño han sido obligadas a desplazarse por temor a ser atrapadas en los combates cada vez más violentos entre los grupos armados ilegales por el control de actividades relacionadas con la explotación minera y la plantación de coca.
A mediados de abril, alrededor de 200 personas se desplazaron de la comunidad de Llano, cerca del municipio de Buenaventura, en el Valle del Cauca, debido a los enfrentamientos entre grupos armados, según informaron las autoridades locales. Asimismo en Nariño, departamento fronterizo con Ecuador, la violencia obligó a más de 400 personas, incluyendo afrocolombianos e indígenas, a abandonar sus hogares.
Además, según informes defensoriales, un número indeterminado de personas se ha desplazado de Calle Larga y Santa Bárbara, en Nariño, dirigiéndose hacia Buenaventura, a unos 200 kilómetros al norte.
El personal del ACNUR en el terreno pudo confirmar algunos de los desplazamientos después de visitar seis pueblos en el departamento del Valle del Cauca, donde encontraron algunas casas cerradas y pertenencias abandonadas. Las escuelas no estaban funcionando con regularidad y las actividades agrícolas estaban dificultadas por la presencia de grupos armados irregulares.
Los desplazamientos iniciaron a principios de marzo, cuando la situación de seguridad comenzó a deteriorarse. Varios asesinatos se registraron en el pueblo de Agua Clara, en el Valle del Cauca, y a lo largo del río Anchicayá. Más de 800 afrocolombianos huyeron de sus hogares a lo largo del río y buscaron seguridad en Buenaventura.
Los equipos del ACNUR están visitando las zonas afectadas y evaluando la situación para coordinar la asistencia.