Los indocumentados aprovecharon a primera hora de esta mañana, pasadas las 06,00 horas, para intentar entrar irregularmente a Melilla por la zona donde se están realizando obras en la aduana de Beni-Enzar, por un arroyo en el que el agua de las inundaciones, unido al barro y las piedras que arrastró, impiden cerrar las compuertas de seguridad las vallas.
El lugar, a pesar de estar fuertemente vigilado por miembros de la Guardia Civil, fue escenario de una avalancha y algunos de los inmigrantes han logrado su propósito de pasar a suelo español, aunque las citadas fuentes no supieron precisar cuántos.
Eso sí, según pudo comprobar este medio, varios se encontraban deambulando por el barrio del Real, con la ropa rota y algunos sin zapatos, intentando buscar el camino que les lleve hasta la Jefatura Superior de Policía para evitar ser repatriados de inmediato.
No ocurrió lo mismo con los que fueron rechazados por la Guardia Civil en el mismo arroyo de la Mezquita, considerado un puente internacional y por tanto tierra de nadie, que son repelidos a Maruecos, ayudados por un contingente de fuerzas del vecino país.
En otra parte de la valla del perímetro fronterizo, la que va desde el aeropuerto a Barrio Chino, hoy se empezarán unas obras urgentes para reconstruir los más de 30 metros de valla que fueron derrumbados por el agua. El lugar está fuertemente custodiado por efectivos del Instituto Armado y de momento por esta zona no se han registrado intentos de entrada irregular.
Por último, la Asociación Pro Derecho de la Infancia (Infancia) ha celebrado en su página web la rotura de la valla por las inundaciones, que ayer causaron importantes daños materiales en la ciudad, y expresan su alegría con “¡viva la lluvia!”.