El ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, al que le quedan pocos días para dejar el Gobierno, cree que los ciudadanos le recordarán como el ministro que tuvo que estar en el Ejecutivo “en la peor época” de los últimos 80 años y en el “peor Ministerio para dicha época”.
“A veces me dicen los ciudadanos, muy cariñosamente: ”'chico, qué mala suerte has tenido y vaya marrón que te ha tocado'“, ha asegurado Corbacho.
El ministro ha confirmado que mañana acudirá a su último acto oficial “de relieve” antes de regresar a la política catalana para integrarse en las listas del PSC, y ha reconocido que en sus días como titular de Trabajo “no ha tenido ni un sólo día de tranquilidad y de buenas noticias” a causa de los datos del paro, que, como ministro, conoce diariamente.
“Yo cada día recibo los datos de paro del día anterior (...) Me pongo en su piel, y duele, pero tengo que trabajar y seguir adelante. A mí la vida me ha curtido, y aunque tengo la piel endurecida, no al extremo de ser insensible”, ha declarado.
Corbacho se ha referido también a las declaraciones del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, sobre la necesidad de hacer más cosas por los desempleados y de realizar un cambio profundo en el Ministerio de Trabajo. “Su afirmación, no la hizo tanto en el sentido que se ha podido interpretar”, ha señalado Corbacho.
En este sentido, el todavía titular de Trabajo ha destacado que, en los dos años y medio que ha estado en el Ministerio, “se han hecho cosas y muchas importantes” y ha querido “poner en valor” el gran trabajo y esfuerzo realizado por los funcionarios de los servicios públicos de empleo (antiguo Inem).
En todo caso, Corbacho ha precisado que comparte con Zapatero la necesidad de que hay que mejorar las políticas activas y pasivas y que ese es el gran trabajo que hay que hacer.
Sobre la pérdida de confianza en el Gobierno socialista por parte de la ciudadanía que reflejan las encuestas, Corbacho ha considerado “razonable” que los ciudadanos no den ahora su mejor puntuación al Ejecutivo, pero ha recordado que todavía queda mucho para que termine la legislatura y que la cosa puede cambiar.
“Todos los gobiernos del mundo estamos padeciendo las consecuencias de la crisis. Es razonable pensar que los ciudadanos, ante una situación de incertidumbre, inseguridad e incluso de enfado, y esa percepción de que los sistemas financieros son como anguilas que se escurren, no sitúen al Ejecutivo en el mejor de los momentos en valoración, pero queda mucho para el fin de legislatura y, a medida que vayamos dejando atrás la crisis, veremos si la imagen del Gobierno ya es otra”, ha dicho.
VOLVER AL DIÁLOGO CON LOS SINDICATOS
Respecto a la huelga general, el ministro ha manifestado que no se puede “minimizar” su convocatoria y ha apuntado que, tras su celebración, todo el mundo debe hacer una “cierta reflexión”.
Así, ha indicado que, una vez que los sindicatos han expresado sus discrepancias respecto a la reforma laboral, “lo razonable es pensar que de la crisis no se ha salido del todo y que hay muchas reformas que se deben de abordar”. “Sin que nadie tenga que abdicar de sus principios, sería positivo que se abrieran vías y puentes de diálogo”, ha añadido.
Corbacho ha subrayado que él nunca rompió los puentes de diálogo con los sindicatos y que se va del Ministerio teniendo una relación “muy cordial” con ellos y confiando en que su sustituto al frente del Ministerio “pueda encontrar vías de diálogo con los sindicatos para desarrollar la reforma laboral”.
A su sucesor, el ministro le ha dado algunos consejos: que se comporte cómo es, que hable con claridad para que la gente entienda lo que dice y que sepa desde ya que va a tener mucho trabajo y que va a ser el punto de mira de mucha gente.