“Estamos en una nueva realidad climática”. Es el posicionamiento del biólogo y responsable del Área de Sostenibilidad de Fundación Alternativas, José Luis de la Cruz Leiva, encargado de clausurar el ciclo de conferencias de #Divulgaciencia24, el programa para la divulgación de la ciencia y la tecnología de la Fundación CajaRioja. Una nueva realidad climática que ya está teniendo su incidencia en la calidad de vida de las personas y sobre la que también han surgido bulos.
Por esta razón, ante los negacionistas, ante los encargados de difundir estos bulos, este científico ya no habla de cambio climático, sino de calentamiento global porque está cansado de escuchar que “cambios climáticos ha habido siempre, y efectivamente es así, pero ahora mismo padecemos un calentamiento global de la atmósfera que está produciendo unos impactos que son reales”. Tan reales como lo ocurrido hace menos de un mes en Valencia, tan reales como los huracanes que cada vez son más frecuentes y virulentos en la zona de Miami, en Asia, en Milán... “estamos viviendo fenómenos climáticos extremos más frecuentes y más virulentos, esto es una realidad, una realidad ante la que debemos adaptarnos”, asevera.
Y al igual que ya ha desterrado el término cambio climático, De la Cruz rechaza igualmente los posicionamientos que no vinculan el incremento del PIB con las emisiones de gases de efecto invernadero porque “si sube el PIB global, aumentan las emisiones de estos gases”. Y cuidado porque si ahora redujéramos al máximo estas emsiones, el problema seguiría existiendo. “Los gases de efecto invernadero perduran un tiempo en la atmósfera, un tiempo que puede ser unos 200 años, y esto debemos tenerlo en cuenta”. Y es que para este científico “ya vamos tarde” de forma que lo primoridal ahora es minimizar los daños. “Vemos que el aumento de la temperatura va a estar por encima de 1,5 grados, el último informe de Naciones Unidas sobre la brecha de emisiones de gases de efecto invernadero asegura que a día de hoy, y según los planes que hay por parte de los países, el aumento previsible de las temperaturas es de 3,1 grados”. Ahí es donde según este científico podemos actuar, “vamos a intentar que este aumento sea el mínimo posible”. Intentar reducir el aumento de las temperaturas e invertir en adaptarnos para sufrir lo mejor posible esos efectos.
Los combustibles fósiles, el enemigo
José Luis de la Cruz Leiva pone en el punto de mira a los combustibles fósiles. “Está claro que hay que reducir drásticamente su consumo”, algo que dice también está en la mano de ciudadanía. “Tenemos en la posibilidad de cambiar nuestros modos de movilidad y además podemos fomentar e implementar una alimentación saludable en la que prioricemos la procedencia de los alimentos y si estos son o no de temporada porque que yo me quiera comer una naranja en verano, tiene un coste. En España no hay naranjas en verano y esto tiene un coste porque hay que traerlas y esto son emisiones también”.
Pequeños gestos personales que pueden verse arrasados, por ejemplo, por el rumbo que tomará Estados Unidos una vez que Donald Trum sea presidente de Estados Unidos. Y es que el secretario de Energía de la mayor potencia mundial, Chris Wright, será un negacionista del cambio climático, un férreo defensor del desarrollo del petróleo y gas incluyendo la fracturación hidráulica. Una postura que no puede compartir España ni Europa “porque no deben echar marcha atrás en sus políticas de energía renovable y economía circular, además de por una mera convicción y compromiso medioambiental, por ser una postura inteligente, hablamos de racionalidad económica”.
Calentamiento global y su incidencia en la salud
Y si estas cuestiones no son suficientes para apostar por conductas medioambientalmente responsables, este científico también apunta otros efecos e impactos en la salud y calidad de vida. Y es que según datos de la Organización Mundial de la Salud, que también avalan investigadores, las olas de calor, producen un incremento de muertes prematuras. “Y voy más allá, porque si aumentan las olas de calor, aumenta la generación de contaminantes atmosféricos como el ozono y sus perjuicios y daños en la salud”.
Y es que el aumento de la temperatura también está propiciando la aparición de enfermedades como el zika, el dengue, el virus del nilo o la fiebre de crimea que ya han llegado a España. Vivimos en un mundo globalizado, argumenta, “de forma que hay personas que llegan a España contagiadas y con el aumento de la temperatura y el calor, esos virus encuentran las condiciones idóenas para vivir”. Lo mismo ocurre cuando hay sequía. “Las bolsas de estacamiento de agua son focos de generación de vectores infecciosos como los mosquitos y estos a su vez, producen y trasmiten enfermedades”. ¿Y hay relación entre el cambio climático y los riesgos laborales? La respuesta es sí. “Por ejemplo, un jardinero ahora tiene más posibolidades de contraer la enfermedad de lyme por el incremento de las garrapatas, antes esto no ocurría”.
Tenemos que empezar a ver esto y elaborar protocolos ligados a la salud de los trabajadores y trabajadoras
Y lo que es más grave, los fallecimientos por altas temperaturas: más de 11.800 personas fallecieron entre el 1 de julio y el 31 de agosto de este año por causas atribuíbles al calor. Unas temperaturas que durante el verano son especialmente peligrosas para los profesionales que trabajan al aire libre además del riesgo de la radiación ultravioleta a la que están expuestos. “Tenemos que empezar a ver esto y elaborar protocolos ligados a la salud de los trabajadores y trabajadoras”. Por esta razón, la decisión más urgente para este científico es “invertir mucho y seriamente en la adaptación, es decir, ser conscientes de que hay que adoptar soluciones climáticas inclusivas y sostenibles. Si sabemos que las danas van a ser cada vez más virulentas, tendremos que invertir en infraestructuras y en sistemas de alerta más eficientes”. Y, sobre todo, invertir en el sistema de salud y en el sistema asistencial. “Tenemos una población muy envejecida y es precisamente esta población la que más sufre las olas de calor porque son uno de los colectivos más vulnerables”. Y el desastre producido en Valencia también ha evidenciado la necesidad de atender a la salud mental de las personas afectadas, “ya que el estrés post traumático de las personas que han sufrido una catástrofe así es enorme”. En definitiva, insiste De la Cruz, “es imprescindible invertir en adaptación, en el sistema de salud y asistencial”.
Aún así, y pese a todo, este científico se muestra optimista. “No creo en los colapsistas ni tampoco en los tecnoptimistas, los que creen que la tecnología nos salvará porque actualmente tenemos vehículos infinitamente mejores y más eficientes pero tenemos tantos que se han comido a la tecnología, si no adoptamos un uso raional, no hacemos nada”. “Las cosas se pueden sostener y mantener en un punto en el que no haya desastre ni colapso”. Algo que, queda claro, también está en nuestras manos.
Sobre José Luis de la Cruz Leiva
El licenciado en Ciencias Biológicas, es diplomado en Gestión y Administración pública, graduado en Ciencia Política y de la Administración Pública, Master en Master Medio ambiente: Dimensiones humanas y socioeconómicas (UCM) y Técnico Superior en Auditorías Ambientales y Análisis de Riesgos.
Desde 1992 desarrolla su carrera profesional analizando e implementando políticas ambientales. En sus inicios desde la consultoría ambiental desarrolló e implantó estrategias de desarrollo sostenible en municipios (Agenda 21 Local) y en empresas (SGA).
Desde el año 2006 hasta su desaparición, fue el responsable del Área de Proceso de Sostenibilidad en el Observatorio de la Sostenibilidad en España. Durante estos años realizó análisis de aplicación de políticas de sostenibilidad ambiental en la administración pública y en la empresa. Posteriormente, entre 2013 y 2016 desarrolló labores de coordinador del Centro para la Sostenibilidad y Eco-innovación UAH. Actualmente, como director del Área de Sostenibilidad de la Fundación Alternativas, continúa desarrollando estudios y análisis de implementación de políticas de sostenibilidad ambiental. Y recientemente ha sido nombraron profesor honorífico de investigación de la Universidad de Alcalá.
El desarrollo de estos trabajos le ha llevado a ser autor y coautor de numerosas publicaciones sobre el análisis, medición y aplicación de las políticas de sostenibilidad de la empresa y la administración pública. Compatibilizo su trabajo con las labores de secretaría de la Asociación para la Sostenibilidad y el Progreso de las Sociedades (ASYPS http://sostenibilidadyprogreso.org/).