La Puerta del Sol se encontraba blindada por medio millar de agentes de intervención policial, conocidos como antidisturbios, que controlaban todas las calles que desembocan en el kilómetro 0 madrileño, e identificaban a muchos de los jóvenes que transitaban la zona.
Asimismo, la Policía Nacional, que llevaba pistolas de goma y perros policía, controlaba todas las bocas del metro de la zona y los alrededores estaban rodeados de furgones del Cuerpo.
Por otra parte, la concentración de extrema derecha que presuntamente tenía que haber comenzado a las 17.00 horas en la calle Montera, a pesar de estar ilegalizada, alrededor de las seis aún no había comenzado.