Muchos aspectos de la historia han estado acompañados por mitos y leyendas que con el paso de los siglos, no se ha podido averiguar qué parte corresponde a la realidad y qué parte a la ficción. Así ocurrió con la antigua ciudad Logroño de los Caballeros, también conocida como Logroño del Oro formada en el siglo XVI en la Amazonia, de la que se hizo una auténtica masacre por los indios jíbaros, según las investigaciones de la autora del libro Una ciudad perdida en la Amazonia: Logroño de los Caballeros, Carmen Martínez.
En este libro además ha desmontado el mito de que la ciudad ecuatoriana de Logroño de los Caballeros fuese el Dorado de Amazonas. Martínez comenzó la investigación de esta antigua ciudad para “desmitificar lo que fue la realidad”, además de indagar en los topónimos de ciudades españolas, para averiguar así de dónde vienen y cómo han evolucionado con el paso del tiempo.
La autora del libro, después de las investigaciones que ha realizado en numerosos archivos, especialmente en el Archivo de Indias de Sevilla, con bastantes documentos reales y cartografía histórica, ha rastreado la memoria histórica de una antigua población fundada por los castellanos en sus expediciones durante el siglo XVI y que además su situación aparece reflejada a partir de esta fecha en toda la cartografía de Ecuador.
Asimismo Martínez afirma que las investigaciones le han conducido a descubrir cómo esta ciudad se encontraba inmersa en la selva amazónica y cómo su destrucción, en 1599, por los indios jíbaros hizo que perdurara en la memoria de generaciones posteriores a través de leyendas y mitos.
Además, un aspecto que ha destacado y que le ha llamado la atención es que estos mitos no han desaparecido y que perduran en la historia, a pesar de la dominación de los indios jíbaros en la zona y todos los acontecimientos que sucedieron con posterioridad.
En concreto, la escritora ha asegurado que esta ciudad desaparecida está vinculada a la capital riojana y que su fundador, que estuvo en la penumbra, según sus interpretaciones es Bernardo Vélez de Loyola, miembro de la familia de Loyola, que aunque ha asegurado que no nació en Logroño, sí vivió durante algunos años para después trasladarse al otro lado del océano, del que “no regresó”, según ha apuntado Martínez.