El movimiento feminista riojano ha mostrado su “perplejidad” ante la condena a un hostelero, “agresor sexual confeso”. En concreto, se refieren al juicio celebrado este lunes, y que concluyó con conformidad, contra un hombre que “reconoció haber agredido sexualmente a una joven a la que emborrachó previamente para anular su voluntad”. Fue condenado a cuatro años de cárcel por dos delitos de abuso sexual.
Desde el colectivo entienden que “las resoluciones judiciales son fruto de la independencia de jueces y magistradas, y que en cualquier procedimiento judicial cabe la posibilidad de que se alcancen acuerdos de conformidad como el alcanzado en este caso”. Sin embargo, han asegurado que les provoca “un profundo malestar que un agresor confeso pueda permanecer en libertad después de aceptar una condena de cuatro años de prisión”.
Para las asociaciones feministas “es un caso de extrema gravedad”, en el que el agresor anuló la voluntad de la víctima recurriendo a bebidas alcohólicas, y le agredió tanto en el local de hostelería donde se habían citado como en un domicilio.
No obstante, han valorado la imposición de medidas de protección a la víctima a través de una orden de alejamiento que estará en vigor siete años, superando así el tiempo que el agresor sexual confeso pasará en libertad vigilada. “Es evidente”, han dicho“ que con esta decisión ”se ha tratado de proteger a esta mujer“, pero ante la gravedad del caso han cuestionado ”la sensibilización o especialización de los tribunales respecto a la violencia contra las mujeres“.
Desde la asociación Kirké ya se informó sobre la existencia de un “posible caso de violencia institucional machista por parte del juzgado de Violencia contra la Mujer de Logroño”, y tras la resolución de este caso se preguntan “si existirán más casos similares”. Además, temen que “esta resolución desanime a otras posibles víctimas de violencia sexual de nuestra comunidad a denunciar, ya que pueden sentir que no merece la pena la exposición y dureza de este tipo de procesos si la sentencia va a permitir a sus agresores permanecer en libertad cuando ellas van a tener que aprender a convivir con el trauma de haber sido víctimas de una agresión sexual”.
Por último, han recordado a todas las mujeres que son víctimas de violencia machista que las asociaciones feministas están a su disposición “para atenderlas, acompañarlas, escucharlas y apoyarlas en todo cuanto fuera necesario”.