El ministro del Interior no ha querido comentar las actas que ETA ha hecho públicas. Ni tan siquiera ha respondido a las críticas y peticiones de dimisión por parte del Partido Popular. El vicepresidente Rubalcaba ha comentado que en la tregua con la banda terrorista “los movimientos eran reersibles y la policía se mantenía vigilante”.
Rubalcaba, poco dado a polemizar sobre asuntos relacionados con el terrorismo, ha respondido que en ningún piensa “discutir en sede parlamentaria si ETA dijo que dijeron... de ninguna manera”, porque su principal “obsesión” cuando llegó al Departamento del Interior era evitar que la banda se rearmara como hizo tras la tregua del 98 donde aprovechó para “introducir cinco comandos en España, es decir, que usó la tregua para armarse y mataron a 42 personas”.
Mientras en el PP se pide su dimisión, el vicepresidente se ha defendido refiriéndose a su “obligación” como ministro, que es “preservar la unidad”. En este punto, Rubalcaba ha hecho saber a los líderes populares que de “tonto, lo justo” y cuando ve “preguntan más por un caso que está en los tribunales (el caso chivatazo) que por el paro, se me ocurren un par de reflexiones”.
De hecho, ha pedido el apoyo del Partido Popular, como ellos tuvieron el de los socialistas en su día, advirtiéndoles de que “no pinten aquella tregua de otra manera, no vaya a ser que...”
Desde las filas de Rajoy se ha acusado al vicepresidente primero de “vulnerar el Estado de Derecho” y de “mentir en sede parlamentaria”, hechos que “no se le pueden perdonar”, ha enfatizado Ignacio Cosidó, portavoz del PP en la Comisión de Interior del Congreso. Y es que para el PP “los hechos on tan graves que ya no valen canciones ni cuentos”.