Mueren 132 personas en un doble atentado en Bagdad

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Hasta el momento, el balance oficial recoge 132 muertos y más de 500 heridos, lo que lo convierte en el atentado más sangriento perpetrado en el país árabe desde el del 14 de agosto de 2007, cuando casi 800 personas murieron en un cuádruple atentado suicida contra la comunidad yazidí del norte del país.

“Los países vecinos y lejanos deben dejar para siempre de acoger, financiar y apoyar a las fuerzas que proclaman abiertamente su hostilidad hacia el Estado iraquí”, declaró el presidente iraquí, Jalal Talabani, tras los atentados.

“Son las mismas manos negras manchadas con la sangre del pueblo iraquí (...). Quieren sumir a la nación en el caos, obstaculizar el proceso político y evitar las elecciones parlamentarias”, afirmó el primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, en un comunicado. El propio Maliki, visitó el lugar de los atentados.

Un primer ataque tenía como objetivo el Ministerio de Justicia y tan sólo unos minutos después hizo explosión un segundo coche bomba ante la sede del Administración Provincial de Bagdad. Ambos edificios se encuentran relativamente cercanos y están ubicados cerca del río Tigris.

“Al menos 132 personas murieron y 500 resultaron heridas, todas ellas civiles, en la explosión de dos coches bomba de suicidas en el barrio de Al Salehiya del centro de Bagdad que tenían como objetivo el Ministerio de Justicia y la Administración Provincial de Bagdad” informó un portavoz policial en declaraciones a la agencia de noticias iraquí Aswat al Iraq.

“Los heridos fueron trasladados en ambulancias y en vehículos de civiles a los hospitales de Al Kindi, Al Yarmuk e Ibn al Nafis”, indicó la fuente policial. La calle de la sede del Gobierno de la Provincia de Bagdad se inundó tras la explosión y los bomberos trabajaron intensamente para rescatar los cadáveres carbonizados y destrozados. “No sé si sigo vivo. La explosión lo destrozó todo. No queda nada en su lugar”, afirmó un tendero, Hamid Saadi, desde las inmediaciones del Ministerio de Justicia en declaraciones a Reuters.

Los coches calcinados fueron apilados para facilitar el acceso a los servicios de emergencia, que trabajan también en el Ministerio de Justicia extrayendo cadáveres envueltos en mantas. Estados Unidos ha proporcionado equipos forenses y artificieros para colaborar con las autoridades iraquíes.