Andy Murray, número cuatro de mundo, se alzó con el Torneo ATP 500 de Tokio al arrollar en la final al español Rafael Nadal en tres mangas por 3-6, 6-2 y 6-0, en un partido en el que el británico remontó el set inicial y se impuso con claridad.
Nadal, defensor del título tokiota, se mostró incapaz de hacer frente al vendaval de juego de Murray, segundo cabeza de serie, que practicó en los últimos juegos un tenis casi perfecto.
En una pista central del estadio Ariake de Tokio completamente abarrotada, Nadal, número dos del mundo, comenzó muy fuerte y barrió a su rival por 6-3 en el primer set, en el que mostró su mejor repertorio de golpes y una gran superioridad física y psicológica respecto a un Murray muy desconcentrado.
En la segunda manga todo cambió: Murray empezó con un juego en blanco, comenzó a tirar de orgullo y se mostró mucho más entonado, apoyado en un potente servicio y golpes imbatibles desde el fondo de la pista ante los que poco podía hacer el español.
Nadal se diluyó conforme pasaron los minutos y se fue perdiendo en los largos peloteos muy disputados a favor de un Murray, que dejó atrás su juego en el primer set y se impuso con autoridad a los intentos de remontada del número dos del mundo, que no encontró premio a sus habituales latigazos y descomunal potencia.
Murray dominó el final de la segunda manga, en la que se impuso por 6-2 con un recital de saques y golpes imposibles a la línea ante la atónita mirada de Nadal, que vio como se le escapaba la final.El tercer set fue un paseo para el escocés, que desde que tomó las riendas del partido barrió de la pista a un desdibujado Nadal que no tuvo ninguna opción para lograr la remontada.Justo vencedor contra todo pronóstico,
Murray se alzó como vencedor del torneo disputado en el Ariake Coliseum de la capital nipona, que reparte 1,34 millones de dólares en premios, solo una semana después de haber conseguido el título del torneo de Bangkok.
Nadal quiso agradecer durante la entrega del trofeo a Murray el apoyo del público, entregado con el español, y de la organización, que en su segunda participación le ha hecho “sentir como en casa”.
Sobre todo, dijo, después de la catástrofe que el 11 de marzo asoló el noreste de Japón, ante la que deseó lo mejor para las familias afectadas, antes de concluir con la promesa de volver el año que viene.
La de hoy ha sido la segunda final entre Nadal y Murray desde el torneo Indian Wells de 2009, en el que el español barrió al británico por 6-1 y 6-2; en los duelos previos, el primero está a 13-4 frente al segundo.