Cuatro años después, con Rafael Nadal ya consagrado como número uno mundial, el escenario de la tercera y definitiva jornada de las semifinales de la Copa Davis entre España y Estados Unidos guarda ciertas similitudes con la gloriosa aventura de 2004 cuando el tenista balear, entonces con apenas 18 años, logró el punto decisivo de la segunda Ensaladera en Sevilla y delante de Andy Roddick.
El tenista de Nebraska volverá a ser mañana el rival de Nadal en una cita trascendente porque ambos equipos de Copa Davis se juegan el cuarto punto de la eliminatoria, que podría ser decisivo en caso de victoria española o de lo contrario enviar estas semifinales a un dramático quinto juego que disputarían, en principio, el alicantino David Ferrer y el estadounidense Sam Querrey.
Los dos números unos se miden por tanto mañana con el cuarto punto en juego, reeditando aquel enfrentamiento de 2004 en el que Nadal se impuso en cuatro ajustados sets por 6-7 (6), 6-2, 7-6 (6) y 6-2. Ahora, igual que entonces, los 'cañonazos' de Roddick serán su principal valía. Hace cuatro años, el americano se mantuvo en el partido gracias a su saque, frente a un Nadal que se desplazaba y sacudía su derecha por todas las esquinas de la pista.
Roddick, que se crece en esta competición, ya jugó un excelente partido ante Ferrer, y no sólo al saque -convirtió 23 'aces', uno de ellos de segundo-, mientras Nadal, siempre fiable, no atraviesa su mejor momento como demostró ante el joven Querrey. El cansancio, físico y mental, ha debilitado su juego, pero no es menos cierta su capacidad para sobreponerse a las circunstancias más adversas y superarse en los momentos de máxima tensión.
En definitiva un duelo de altura para una competición siempre especial, que promete emociones fuertes como hace cuatro años en Sevilla, donde Nadal fue héroe. Contaba con 18 años y 187 días y se había perdido la temporada sobre tierra batida por culpa de una fractura por estrés en el tobillo izquierdo, pero en la Davis empezó la metamorfosis.
Un cambio que le ha catapultado al olimpo del tenis con sólo 22 años. España vuelve ahora a necesitar de Nadal para asomarse a su cuarta final en los últimos ocho años. Su entrega en la pista, su indudable carisma, que le ha llevado a conectar de manera increíble con el público, y la enjundia de un 'malo', Roddick, de los que gustan generan una enorme expectativa para la faena final de esta taurina Davis.
La lógica acabaría además con el gesto victorioso de Nadal, que gana por 3-2 en los duelos particulares con el americano. Este año, eso sí, dos enfrentamientos y reparto de triunfos. En Dubai para Roddick y en la hierba de Queens' para Nadal. De lo contrario el equipo español seguiría contando con una opción, la de David Ferrer, un 'gladiador' capaz de ponerse también el traje de héroe para que del coso de Las Ventas no se escape una nueva final que tan bien se trabajó en la jornada del viernes.