Nadal sale por la puerta grande de Las Ventas

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El número uno del mundo volvió a crecerse defendiendo los colores nacionales para vapulear al americano (6-4, 6-0 y 6-4) y ni siquiera le importó saltar a la cancha con casi dos horas de retraso por la lluvia que cayó esta mañana sobre la Plaza de Toros de Las Ventas.

El manacorí ofreció una imagen diametralmente opuesta a la de su debut el viernes ante Sam Querrey. Dinámico, alegre, con un buen juego de piernas, hoy Rafa Nadal sí se parecía al tenista que ha conquistado esta campaña su cuarto Roland Garros, su primer Wimbledon, el oro olímpico y el número uno mundial.

Con la final de Sevilla 2004 en la retina, en la que España conquistó su segunda 'Ensaladera', Nadal saltó a la cancha dispuesto a repetir victoria ante Roddick. El público, totalmente volcado con el balear, celebró con vítores la retirada de las lonas, preparándose para disfrutar de un espectáculo, pero ni el más optimista se hubiera imaginado la lección que iba a dar el manacorí.

El mallorquín sólo necesitó cinco juegos para presentar sus cartas. Así, dispuso de tres puntos de 'break', que aunque no convirtió fueron el primer aviso para un Roddick al que no le carburaba el saque. Nadal se había destapado como 'matador' y ni siquiera la velocidad del servicio del americano -llegó a 234 kilómetros por hora-- le amedrentaba.

Nadal contrarrestaba perfectamente los saques de Roddick y le obligaba a jugarse muchos puntos con la volea, pero las subidas a la red del americano no encontraban fruto. El balear selló su fortuna con un 'break' en el séptimo juego. Restando a 231 kilómetros por hora, el insular logró la ventaja definitiva para apuntarse la primera manga, que cerró con un brillante 'ace'.

EMPIEZA EL RECITAL

El recital no había hecho más que empezar. En la segunda manga, llegó el mejor juego del mallorquín, un 'break' de inicio, Roddick sin ideas, y Nadal haciéndose grande por momentos. Borrado de la pista, el de Nebraska no era capaz de mantenerse a flote y al balear no le tembló el pulso para anotarse la segunda manga con 'rosco' incluido y un nuevo 'ace' final.

Tras siete juegos consecutivos de Nadal, el americano fue capaz de conservar un servicio y parecía ser capaz de plantar batalla en la tercera manga. Fue un espejismo. De nuevo el de Manacor convirtió un 'break' tempranero (2-1) y el duelo se convirtió en una exhibición. Hasta Roddick se unió a la fiesta, hizo disfrutar al público y gastó varias bromas.

Nadal pudo cerrar el partido al resto, contó con cinco 'match-points', pero fue su servicio el que le permitió poner el 6-4 en el marcador con su sexta bola de partido. Una vez más, hace gala de su papel de héroe de la Davis y clasifica a España para su sexta final, la cuarta en los últimos ocho años.