Las fuertes precipitaciones sufridas durante las últimas horas en el municipio sevillano de Écija han causado un nuevo desbordamiento del arroyo Argamasilla, con lo que el pueblo ha sufrido su quinta inundación en menos de un mes, desde que el río Genil alcanzara una cota histórica de 7,30 metros el pasado Puente de la Inmaculada. Actualmente cuenta con un nivel de 4,42 metros de lámina de agua.
Según ha informado el Consistorio astigitano en una nota, las lluvias, que han supuesto un registro de alrededor de 28 litros por metro cuadrado, han anegado las zonas por las que pasa el arroyo, que son Puerta Osuna y aledañas --Cava, Emparedamiento, Santiago, Coronado, Padilla, Mendoza, Bermuda, Poeta Manolo Mora, La Victoria, parte de Ancha-- y las calles Arroyo, Paloma y aledañas. Asimismo, está anegada parte de la avenida Cristo de Confalón.
En las calles Cava y Emparedamiento hay dos tractores desaguando a otras alcantarillas cercanas para evitar que suba más el agua. La situación general, por otra parte, ha propiciado que los dispositivos de emergencia se encuentren activados.
Desde el Ayuntamiento de Écija se ruega a los ciudadanos de todos los barrios afectados que extremen las medidas de precaución y tengan “prudencia”, rogándose asimismo a los vecinos que no utilicen los vehículos particulares por estas zonas anegadas y las aledañas “si no es estrictamente necesario”, para permitir la circulación de los vehículos de emergencia y limpieza.
Recientemente, la corporación local informó de las conclusiones a las que ha llegado una comisión técnica de ingenieros de Egmasa, el Consorcio Provincial de Aguas, ingenieros de FCC, peritos, ingenieros y arquitectos municipales, así como personal técnico del Consistorio, para buscar posibles soluciones provisionales de urgencia en la zona de cabecera del arroyo Argamasilla y evitar así nuevas inundaciones como consecuencia del temporal de lluvias.
TRES CONTROLES
Dentro del objetivo principal de contener el agua del arroyo antes de llegar a la embocadura en la que entra soterrado por debajo de la ciudad, se intentará regular el caudal de entrada de agua para que sólo se introduzca lo que el encauzamiento es capaz de evacuar al Genil.
Esta medida se llevará a cabo a través de tres controles, que consistirán en un primer punto con capacidad de almacenamiento en el lugar en el que se está realizando la obra del nuevo encauzamiento del arroyo; un segundo punto de control en el ojo de la carretera de circunvalación, justo donde en estos días se ha construido la escollera; y un tercer punto antes de la embocadura del cauce soterrado, donde se realizará una limpieza total de los residuos que todavía traiga el agua y donde se está reconstruyendo la propia embocadura, pues tras las avenidas de los últimos días esta entrada está muy deteriorada.
En segundo lugar, y paralelamente a los controles del caudal para evitar inundaciones, se actuará directamente en la limpieza completa del cauce soterrado del arroyo, pues las partes que ya se habían limpiado antes de las lluvias vuelven a estar sucias tras las últimas precipitaciones y anegaciones.