El Bodegas Rioja Vega necesita mejorar. Eso es evidente. Y eso que al cierre de la primera vuelta el cuadro logroñés, al menos, cumple con el objetivo inicial de estar en la siguiente ronda, en la que le permita soñar con la vuelta a LEB Oro. Es quinto (6-5) con mejor ‘basketaveraje’ que Zornotza (séptimo). Puede que sea lo más positivo de un conjunto que no encuentra continuidad, que demuestra que puede ganar a cualquiera –en muchos partidos ha ido dominando en el marcador- pero que no acaba de cerrar los choques. Se supone, lo ha evidenciado en alguna ocasión, que su fuerte es el alto ritmo que imprime a los partidos y que intenta hacerlo bueno en los segundos tiempos, pero no siempre ha sido así. El último ejemplo sucedió en Vitoria, ante el filial del Baskonia.
En tierras alavesas perdió 80-76 contra un oponente que venía de 5 derrotas. Es claro que el Rioja Vega despierta a todos. Lo ocurrió algo parecido ante el colista Gijón. Y eso debe hacérselo mirar el bloque riojano. Cierto que la marcha de Didac Cuevas haya podido quebrar el plan inicial y que Pablo Pérez, por el momento, no ejerce el mismo rol que el base catalán. Pero no sirve de excusa. En Vitoria se fue muchos minutos por delante. Una cuestión que se ha repetido en varias jornadas. Supo rehacerse cuando peor estaban las cosas, 70-63 con apenas cuatro minutos por delante, pero no remató la faena. A 51 segundos para la conclusión, Pablo Pérez ponía el 75-76, pero Miller, desde la personal, 77-76 fundió los plomos a un Rioja Vega que no aprende de errores vividos.
De partida, el Rioja Vega impuso su ritmo. Se notó en el marcador, con el 9-13 mediado el primer cuarto. Los visitantes fueron a más para atisbar un primero impulso con el 16-22 y el 18-24 con el que concluyeron los primeros diez minutos. Lafuente tiraba de los suyos con 7 puntos. Pero el filial de Baskonia frenó a los riojanos. Parcial de 7-0 para equilibrar la balanza, 25-24. De repente, los locales se iban por delante, 29-26, como el Rioja Vega se activaba merced a un gran Parrado, el más clarividente –junto a Nissen- y eso que falló hasta 8 tiros, para alcanzar el descanso 3 puntos arriba, 33-36.
Llegaba el cuarto que tanto le gusta a Jenaro Díaz. El tercero. Donde intenta darle una marcha más. No lo consiguió. 23 puntos encajados. Demasiados para 10 minutos en los que quiere ser ganador. Nissen mantenía a los suyos a flote, con un 56-55 en el que el cuadro vitoriano supo levantarse tras el 46-51 que parecía aumentar la credibilidad de los logroñeses.
Sin embargo, a medida que se iba acercando la conclusión el cuadro vitoriano se fue haciendo fuerte donde el Rioja Vega ha ido perdiendo energía con el paso de la competición, en el rebote defensivo. 20 capturas ofensivas permitieron un equipo que, pese a esa adversidad, tuvo sus opciones en los instantes finales. Con el 70-63 todo pintaba muy mal. Restaban menos de cuatro minutos, en los que un triple de Lafuente hacía creer a los suyos, con 1.12 para el final, 73-72. Intercambio de acciones para que Miller pusiera, desde la personal, el 77-76. 26 segundos para anotar. Se falló y después de permitió otro rebote ofensivo del Baskonia que finiquitó el duelo 80-76.