El aumento de la población inmigrante en La Rioja ha elevado el número de extranjeros en la Comunidad a más de 36.800 personas. Es decir, cerca de un 12% de la población en la región procede de fuera de España. Su presencia, cada vez de mayor importancia, es una oportunidad para la conviviencia y el conocimiento muto. En la tarde del martes, en vísperas del Día contra el Racismo (21 de marzo), representantes de las diferentes asociaciones integrantes de la Plataforma contra el Racismo en La Rioja, debatieron sobre ello en el Centro Cultural Caja Rioja-Gran Vía de Logroño bajo el lema 'Ni más, ni menos, iguales'.
José Antonio Jiménez, secretario de la Asociación de Promoción Gitana de La Rioja, fue uno de los invitados al coloquio como representante de un colectivo implantado desde hace años en la región y, por tanto, viejo conocedor de los problemas de integración de personas de diferentes culturas y razas. Al respecto, Jiménez asegura que, según los últimos datos que tiene la entidad, el racismo hacia el colectivo gitano se ha triplicado en Logroño durante los últimos años. Sin embargo, según puntualiza y al contrario de lo que pudiera pensarse, eso no significa que el índice de discriminación en la capital riojana sea ni mayor ni menor que el que se registra en cuaquier otra parte de España.
El carácter nómada del pueblo gitano explica, según él, el hecho de que exista todavía racismo hacia sus miembros. “Los gitanos no tenemos un territorio definido, un país”, afirma. Más bien, es un “terreno espiritual”, muy apegado a la familia, muy extensa, el que les mantiene unidos y les da sentido de pertenencia. El desconocimiento del resto de la población a esa raigambre, las constumbres y cultura del gitano, está, según él, en la raiz del temor y, por tanto, de las actitudes racistas hacia este colectivo.
A pesar de todo, las cosas han mejorado mucho en los últimos años. “Contra nosotros, se han dictado numerosas leyes; hoy, sin embargo, el Estado de Derecho garantiza la igualdad de todos y tipifica la conductas racistas como delito”, reconoce. Sin embargo, según precisa, éstas siguen existiendo. “Hoy nadie se identifica como racista porque es delito, pero los hay”.
Frente a este tipo de actitudes, la Asociación de Pormoción Gitana de La Rioja lleva trabajando 28 años. Su misión: eliminar prejuicios de una y otra parte, gitanos y payos. “Estamos condenados a entendernos porque caminamos hacia una España multiracial”, reflexiona José Antonio Jiménez. Por un lado, el colectivo payo debería, según él, respetar las culturas minoritarias en lugar de imponer la suya y mayoritaria; por otro, los gitanos han de dejar atrás el pasado, las heridas “todavía sangrantes” que dejaron atrás épocas de represión como la franquista.
Los colegios deben ser, según él, el primer lugar de actuación. “Los libros no enseñan nada sobre el puebo gitano y lo que se desconoce, se teme”, explica. Por ello, reclama un mejor conocimietno del colectivo, más allá de “las páginas de sucesos o la leyenda negra”. De ahí, la importancia que, para José Antonio Jiménez, tienen todas las iniciativas en las aulas como la última, llevada a cabo en el Instituto Tomás Mingot de Logroño. Sus alumnos han sido los encargados de realizar el manifiesto para hoy, Día Contra el Racismo, en La Rioja.
LA MUJER INMIGRANTE
Por su parte, Hanan Ibntaouit, de Amiras (Asociación de Mujeres Intercultural de La Rioja), considera necesario continuar celebrado el Día Contra el Racismo porque, según dice, todavía existen experiencias negativas entre los inmigrantes. La “ansiedad” de aquel que sale de su país y se ve obligado a granjearse la vida fuera de su lugar natal se ve acrecentada a veces por situaciones de “rechazo” que también se viven en La Rioja.
No es la tónica general, según asegura Ibntaouit, pero sí que continúan dándose situaciones desagradables para el que viene de fuera. “En la reciente campaña, algunos políticos, por ejemplo, han lanzado mensajes que hacen que algunas personas sientan temor ante una llegada masiva de inmigrantes”, alerta la responsable de Amiras, que llama a la prudencia de los dirigentes: “Sus voz llega a mucha gente”.
Sin embargo, no todo son malas experiencias. Con los años, también se evoluciona a un mayor respeto al inmigrante. Hanan Ibntaouit lleva viviendo en la capital riojana ya mucho tiempo -su hermano, de 27 años, nació ya aquí- y asegura que, aunque por un lado hay gente que tiene cierto “miedo” ante el crecimiento de la inmigración, también se percibe una mejora de las relaciones entre riojanos e inmigrantes. “Hoy se conocen más otras culturas y la gente ha entrablado una mayor relación con los inmigrantes”, asegura. Ello, en buena parte, facilita su integración, aunque la discriminación continúe existiendo puntualmente.
“Incluso en las propias administraciones, el hecho de ser comunitario o no marca grandes diferencias de trato”, afirma. En el caso de las mujeres inmigrantes, razón de ser de Amiras, a todo ello se añade una dificultad más: el complicado acceso laboral. “Si para las españolas es difícil, para las inmigrantes lo es más todavía”, reconoce aunque puntualiza: “Cada vez se dan nuevos pasos para mejorar esa situación”. La colaboración de la propia entidad que representa y el Ayuntamiento de Logroño en el desarrollo de cursos formativos y de conocimiento del idioma son muestra de ello.