“No hay igualdad real en la universidad entre hombres y mujeres”
Son muchos los que creen que la igualdad ya está conseguida y que ya se han alcanzado los mismos derechos y oportunidades para hombres y mujeres. Sin embargo, todavía queda mucho camino por recorrer en todos los ámbitos de la sociedad y la universidad no es una excepción. Bajo esa premisa ha surgido en la UR la Unidad de Igualdad, que trabaja para disminuir las desigualdades basadas en el género y en la orientación afectivo-sexual.
Su creación responde a un mandato legal, puesto que es obligatorio crear este tipo de estructuras en las instituciones universitarias, pero también cubre una necesidad. “La igualdad es aparente, pero no hay igualdad real”, asegura Mª Ángeles Goicoechea, responsable de este órgano con el apoyo de Gregorio Sesma.
Y es que la universidad “no es un mundo aparte donde no pasa nada y todo el mundo es muy educado”, sino que es “un reflejo de la sociedad”, explican ambos. Y como tal, acoge discriminaciones, desigualdades, micromachismos, techos de cristal...que hacen que sea muy necesario seguir trabajando por la igualdad.
ESPACIO PÚBLICO MASCULINO
Desde su fundación, en julio, Goicoechea y Sesma se han puesto manos a la obra para actualizar el diagnóstico de género elaborado en 2014 y, en función de los resultados obtenidos, crear un Plan de Igualdad. La primera conclusión es clara: el espacio público es masculino. Pese a que hay más alumnas que alumnos en la UR, la participación no es igualitaria. “Las alumnas sacan mejores notas, pero la participación no es igual. Hablan más los chicos que las chicas, toman más la palabra”.
Una brecha que se hace mayor en niveles superiores. De los 43 catedráticos que hay en la UR, sólo 11 son mujeres (25,58%), frente a 32 hombres (74,42%). “Todavía las mujeres nos sentimos sin derecho a ocupar ese espacio público y además no queremos ocuparlo con las reglas masculinas. Nos sentimos más limitadas que los hombres, porque nos han educado así desde pequeñas”, explica Goicoechea.
Hay, además, titulaciones masculinizadas, como Ingenieria Informática, y feminizadas, como las referidas al cuidado (Magisterio, Enfermería...). “Seguimos reproduciendo roles sociales, modelos antiguos”, explica Sesma. De ahí que incorporar la perspectiva de género, de manera transversal y en todas las áreas, sea uno de los objetivos de la Unidad de Igualdad.
“Hay profesores que creen que están trabajando el género al nombrar mujeres como referente, pero también es importante la actitud, cómo se trata a los chicos y a las chicas, si se transmiten valores más masculinos como la competitividad, qué enunciados tienen los ejercicios, qué chistes se cuentan en clase, qué ejemplos se ponen...” Esto ha provocado que, por primera vez, se hayan introducido temas de género en cursos de formación. También se trabaja en colaboración con la Asociación Feminista de la UR, URFEM, para llevar a cabo distintas acciones como jornadas o seminarios.
En esta línea de actuación, el lenguaje es uno de los caballos de batalla, porque es una de las áreas en las que encuentran más resistencias. Desde la Unidad de Igualdad insisten en que, en plural, hay que hablar en femenino si hay mayoría de chicas, o en que hay que buscar alternativas como alumnado, en lugar de sólo alumnos o alumnos y alumnas. “Es costoso, pero es cuestión de voluntad”, recalca Goicoechea.
MICROACOSOS EN LA UNIVERSIDAD
El reciente caso de acoso sexual por parte de un catedrático de la Universidad de Sevilla a tres profesoras también ha llamado la atención de los miembros de esta Unidad. “Nos preocupa que la capacidad de reacción de la universidad es muy lenta”. En cualquier caso, subrayan que no les constan casos de acoso en la UR, aunque no descartan los “microacosos”. “El microacoso ha existido y existirá en la sociedad y también en el ámbito universitario. Qué mujer no ha sufrido agresiones o situaciones incómodas”, afirma Goicoechea.
Ante una situación de este tipo, recuerdan que la víctima puede acudir al Defensor del Universitario y también a UR Atiende, un canal de comunicación creado para dar solución a problemas que sobrepasen los cauces administrativos ordinarios. El teléfono es 941 299 103 y el mail uratiende@unirioja.es.
No obstante, para prevenir y atajar este tipo de comportamientos, lo primero es identificarlos y reconocerlos como tales. Algo que no siempre ocurre. El pasado mes de abril, el cartel promocional de la fiesta de 'Barras' mostraba una mujer con un amplio escote que recibió muchas críticas en las redes sociales, hasta el punto de que la comisión organizadora optó por retirarlo, pero que contó también con voces a favor. “Todavía queda mucho por hacer, cuando ni ellos percibían que ese cartel fuera sexista”, lamenta Sesma.
Un camino en el que revalorizar la palabra feminismo es, sin duda, una de las prioridades, en una sociedad que aún menosprecia esta palabra. “El término está denostado. Hay que insistir en equiparar feminismo e igualdad”, concluye Sesma.
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