Los enfrentamientos entre los partidarios del presidente de Egipto, Hosni Mubarak, y los detractores siguen sucediéndose en la plaza de Tahrir, en la capital. Según las últimas informaciones, ambas partes se están enfrentando a pedradas, tras la violenta jornada de ayer que dejó un total de seis muertos y cientos de personas heridas.
Mientras el Ejército egipcio intenta que la situación no siga agravándose. Así uno de sus tanques ha obligado a retroceder a los detractores de Mubarak, que reclaman su dimisión, según ha señalado un testigo a Reuters.
Previamente, el Ejército había creado una zona de separación entre los partidarios y los detractores del presidente en la plaza, desplegando a soldados de Infantería para intentar acabar con los enfrentamientos entre ambos bandos.
Ambos bandos se encontraban separados por una franja de unos 80 metros en la que se habían colocado en línea al menos 60 soldados, según un periodista de Reuters. A un lado, miles de manifestantes antigubernamentales; al otro, cientos de simpatizantes del presidente. “La zona neutral está totalmente cubierta de piedras del tamaño de un puño”, ha dicho el reportero al describir los proyectiles que ha estado lanzándose la gente durante las horas previas.
Mientras, una delegación militar de alto nivel encabezada por el general Hassan al Rouwainy ha inspeccionado la plaza junto con miembros de las autoridades y ha hablado con algunos de los organizadores de las protestas contra Mubarak.
Inmediatamente, la delegación se ha visto rodeada por manifestantes que afirmaban que el Ejército debía protegerles y coreaban frases como “El pueblo y el Ejército, codo con codo” y “No nos moverán”. Unos quince minutos después, la delegación ha vuelto a una posición del Ejército próxima al Museo Egipcio, en un extremo de la plaza.
Paralelamente, miles de personas se han manifestado en Alejandría, en el norte de Egipto, para expresar su solidaridad con las movilizaciones en la plaza Tahrir y para rechazar “el diálogo con el régimen”.
Por otro lado, los organizadores de las protestas contra Mubarak han asegurado que han detenido a 120 personas, en su mayoría durante los enfrentamientos del miércoles, cuyas tarjetas de identificación les muestran como policías o como miembros del gubernamental Partido Nacional Democrático.
Diálogo entre el gobierno y la oposición
Mientras los enfrentamientos se suceden, el vicepresidente de Egipto, Omar Suleiman, y el primer ministro, Ahmed Shafiq, se han reunido en la sede del gobierno con algunos representantes de los partidos políticos de oposición para poner fin a las protestas, según informó la agencia estatal de noticias MENA.
La cadena de televisión Al Arabiya también ha informado de esta reunión y ha asegurado que Suleiman se ha comprometido a investigar los enfrentamientos de la plaza Tahrir entre partidarios y detractores del presidente.
Por su parte, el dirigente opositor Mohamed El Baradei y los Hermanos Musulmanes han rechazado la oferta de diálogo presentada por Shafiq y han reiterado que solo negociarán cuando Mubarak abandone el poder. “Hemos renunciado al encuentro”, declaró El Baradei a Reuters. “Toda posibilidad de negociación está condicionada a la dimisión de Hosni Mubarak y a la seguridad en la plaza Tahrir”, añadió. “Nos gustaría añadir que rechazamos cualquier cosa que resulte de esta reunión”, declaró un antiguo parlamentario y miembro de los Hermanos Musulmanes, Mohammed al Beltagi.
Por otro lado, el Ejecutivo egipcio se ha apresurado a desvincularse de las agresiones cometidas en el centro de El Cairo por los partidarios de Mubarak contra los manifestantes anitgubernamentales y ha asegurado que investigará los hechos. “Acusar al gobierno de organizar esto es pura ficción” y se pone en peligro “nuestro objetivo de restaurar la calma”, declaró a Reuters el portavoz del Ejecutivo, Magdy Rady.
El portavoz aseguró que el gabinete se vio sorprendido por la violencia y que las autoridades van a tratar de determinar quiénes han estado detrás de todo ello.