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Nunca vienen solas

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Los pacientes pluripatológicos, constituyen entre el 23 y 72% de pacientes ingresados, según el tipo de hospital, o hasta el 5% de pacientes mayores de 65 años de la población general. Estos pacientes son especialmente frágiles (sobre todo si tienen una edad avanzada) y necesitan que en su asistencia se contemple la valoración integral clínica, funcional, psicoafectiva y sociofamiliar.

La identificación correcta de estos pacientes es el elemento clave inicial. Una vez identificados, es igualmente imprescindible que se consiga realizar una valoración cuantitativa integral, que incluya las áreas clínica, funcional, psicoafectiva y sociofamiliar. En estos pacientes, se produce una progresiva reducción de la funcionalidad, con entrada final en la cascada de la dependencia predominando el valor del “cuidado” sobre el valor de la “curación”.

“La percepción del estado de salud de estas personas es lo que se denomina calidad de vida relacionada con la salud, y es uno de los indicadores sanitarios de calidad que tenemos que incorporar en nuestra actividad. Actualmente no existen estudios que nos permitan conocer con fiabilidad esta percepción, por lo que es necesario que sepamos evaluar este aspecto en nuestro entorno”, sigue explicando el doctor Fernández.

La protección de estos pacientes también resulta fundamental y en concreto la seguridad del paciente. Cada actividad del proceso de cuidado de los pacientes contiene un cierto grado de riesgo inherente; los efectos secundarios de los medicamentos, las reacciones adversas y la variabilidad biológica del ser humano hacen que en la práctica sea imposible la desaparición total de los posibles efectos adversos.

Los médicos internistas tienen en su programa de formación los elementos necesarios para atender con eficiencia y seguridad a estos pacientes. El médico internista aporta una atención global al enfermo adulto, trabajando en equipo para ofertar a sus pacientes una atención integral, conservando una visión global del enfermo y siendo capaz a la vez de mantenerse como referente ante enfermedades específicas.

Asimismo, han sido capaces de incorporar la utilización con seguridad de nuevas tecnologías, crear nuevos sistemas de atención hospitalaria, avanzar en la utilización adecuada de recursos y en el uso racional del medicamento desde la autonomía del paciente.

A su vez, la colaboración con otras especialidades médicas resulta fundamental para la evolución de estos pacientes. Así, el doctor Fernández-Moyano comenta que “es muy importante que la atención especifica referida a estos pacientes se mantenga no sólo cuando se encuentran ingresados en los servicios de Medicina Interna, sino que debe extenderse al ingreso en otros servicios médicos o quirúrgicos y, obviamente, en Atención Primaria. El internista como especialista transversal polivalente y a la vez altamente cualificado, se encuentra en situación idónea para conseguir este objetivo”.