El presidente de Costa Rica, Óscar Arias,ha pedido este miércoles ante líderes de Latinoamérica no dejar morir su propuesta para una salida a la crisis política en Honduras, cuando ha pasado un mes del golpe de Estado que destituyó al presidente Manuel Zelaya.
“Hoy les pido que no desistamos en este esfuerzo. No bajemos los brazos en la lucha por lograr una solución pacífica al conflicto hondureño”, dijo Arias durante una cumbre de presidentes de Centroamérica, México y Colombia, celebrada en Costa Rica.
El Gobierno 'de facto' estudia desde hace días la última versión del llamado Acuerdo de San José, propuesto por Arias, pero se niega rotundamente a devolver el poder a Zelaya, quien está instalado en la frontera de Nicaragua con Honduras.
“El Acuerdo de San José sigue vivo […] es una semilla sin germinar”, agregó el también premio Nobel de la Paz, cuya propuesta incluye restaurar a Zelaya en el poder, formar un Gobierno de unidad nacional hasta el fin de su mandato en enero y adelantar las elecciones previstas para noviembre, entre otros puntos.
Arístides Mejía, ex vicepresidente de Zelaya y que lo representa en la cumbre de Guanacaste, señaló que el mandatario depuesto apoya las gestiones y quiere que se sumen más países de la región.
Por otra parte, la Fiscalía de Honduras ha comenzado las investigaciones para determinar el origen de los recursos que han sido utilizados para financiar las manifestaciones a favor del presidente derrocado Manuel Zelaya y que, según algunas denuncias, pudieron provenir de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia [FARC] y del narcotráfico.
Las indagaciones se harán a partir de una lista de nombres encontrada en un coche propiedad de Carlos Reina, hijo del ex embajador de Honduras en Naciones Unidas Jorge Reina. La libreta contenía nombres de personas que presuntamente recibieron unos 160.000 dólares a cambio de impulsar protestas en contra del Gobierno interino de Roberto Micheletti.
Carlos Reina es el coordinador de la “resistencia popular” en contra del golpe de Estado contra Zelaya y ha admitido en declaraciones a la emisora local HRN que hizo recibos a varias personas que estaban en la lista, aunque aclaró que ese dinero se utilizó para financiar “la alimentación, el agua, el transporte y las medicinas que les estamos brindando a miles de compañeros que están en las calles”.
En la libreta aparece una nómina de 14 personas, entre las que se encuentran ex funcionarios del gobierno de Zelaya y dirigentes sociales y sindicales. Además constan recibos con fecha 24 de julio que suman un monto total de 114.000 euros que pudieron servir para costear la movilización de simpatizantes al puesto fronterizo de Las Manos, en los límites con Nicaragua, donde se encuentra el mandatario depuesto desde el pasado viernes.
Los pagos se hicieron en dólares y no en la moneda local, lempiras, porque según Reina “es más fácil hacer las transacciones” en esa divisa. También aclaró que los beneficiarios son “amigos” que han ayudado en la financiación y organización de las marchas de la “resistencia” entre los que figuran algunos empresarios.
Por su parte, Reina, a quien Estados Unidos le suspendió un visado en los años ochenta por presuntos actos de terrorismo, negó que el dinero hubiese sido entregado por las FARC. “Yo ni siquiera conozco Colombia”, afirmó al responsabilizar a la oposición de “inventar” esas acusaciones para no admitir que “el pueblo se mantiene en las calles”.