Según informó la Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE) con motivo de la celebración el día 27 de junio del Día Internacional de la sordoceguera, en España hay alrededor de 6.000 personas sordociegas.
Para dar a conocer esta doble discapacidad, diversas asociaciones de sordociegos de España organizaron una jornada divulgativa bajo el lema 'Oscuridad, silencio, soledad. Con tu mano: luz, melodía, amistad'.
La Fundación ONCE para la Atención de Personas con Sordoceguera (FOAPS), la Asociación de Sordociegos de España (ASOCIDE) y la Asociación Española de Padres de Sordociegos (APASCIDE) se suman así al reconocimiento a la primera persona sordociega que luchó por los derechos de estas personas, Helen Keller, nacida el 27 de junio de 1880.
Un ejemplo de superación
Como ejemplo de superación y del grado de integración que pueden alcanzar estas personas, un estudiante sordociego de 19 años, Javier García Pajares explicó su experiencia personal en su día a día de convivencia con esta doble discapacidad.
Actualmente, Javier vive de forma autónoma e independiente en una residencia en Madrid, donde también estudia. Acaba de finalizar 1º de Bachillerato en el IES Beatriz Galindo, curso que ha ido aprobando con una media de 10.
Además de estudiar, su tiempo libre lo dedica a ir al gimnasio de la residencia, donde hace uso de las instalaciones, a mejorar su nivel de informática, a navegar por Internet y a leer, sobre todo temas relacionados con la literatura y la psicología. Pero lo que le gusta especialmente es compartir el tiempo con sus compañeros en la residencia.
¿Qué es la sordoceguera?
Este tipo de diversidad funcional proviene de la combinación de dos deficiencias sensoriales -auditiva y visual- que pueden dificultar a la persona afectada el llegar a tener un conocimiento global de su entorno.
Este tipo de discapacidad, por su doble vertiente, afecta especialmente a las posibilidades de autonomía de los afectados. Los métodos que se emplean en la comunicación con estas personas, se basan sobre todo en la potenciación de los sentidos que la persona conserva, especialmente el tacto.