El Partido Animalista PACMA ha documentado el trato recibido por varias vaquillas este martes durante la celebración del Grand Prix de Rincón de Soto (La Rioja), donde actualmente no hay ley de protección animal en vigor. La última fue derogada para adaptarse a la nacional, que no será vigente hasta el mes de septiembre. Sin embargo, desde la formación política animalista advierten que este tipo de festejos, que vuelven a tomar fuerza en los pueblos de España después de varios años de parón, están catalogados como taurinos y, por tanto, las vaquillas no estarán legalmente protegidas por la norma estatal.
Desde PACMA aseguran que la finalidad del evento es “humillar” a la vaquilla, tentándola y haciéndola caer reiteradamente. En un vídeo difundido en las redes sociales del partido, se observa cómo uno de los animales tiene sangre en la nariz después de experimentar varias caídas donde se aprecian las complicadas contorsiones que sufre, a la vez que en otra toma se aprecia cómo uno de los participantes la patea mientras sostiene un vaso con bebida en la mano.
“Lamentablemente, observamos cómo estos festejos crueles están volviendo a popularizarse, perpetuando la normalización de la violencia contra los animales”, explica Javier Luna, el presidente nacional del Partido Animalista. “Las imágenes que hemos sacado a la luz demuestran el trato vejatorio y abusivo aceptado todos los allí presentes y laureado y promocionado por el propio Ayuntamiento de Soto del real”.
PACMA destaca que, a diferencia del programa televisivo “Gran Prix del Verano”, donde no se utilizan animales reales y se promueve un ambiente de diversión sin perjudicar a seres vivos, el Grand Prix en Rincón de Soto perpetúa una tradición arcaica que va en contra de los valores de respeto y compasión que poco a poco ganan terreno en la sociedad española.
PACMA insta a las autoridades a tomar medidas concretas para erradicar estos eventos, que califica como crueles y retrógrados, y a revisar de manera exhaustiva la legislación de protección animal para prohibir definitivamente los festejos taurinos.