Las relaciones entre Bolivia y Perú se tensan debido al asilo político que el Estado peruano ha otorgado a tres ex ministros bolivianos acusados por la represión a una revuelta popular en octubre de 2003 que generó al menos 60 muertos en la ciudad andina de El Alto. Jorge Torres Obleas, Mirtha Quevedo y Javier Torres Goitia se encuentran en Lima desde la semana pasada, lo que ha provocado la reacción del gobierno de Evo Morales.
“Nosotros y el Estado boliviano, como Gobierno, vamos a apelar a la Corte Internacional de Justicia para que el Gobierno de Perú levante el asilo a estos delincuentes que se escapan hacia el Perú”, ha afirmado el presidente boliviano, quien, además, señaló que Perú no puede otorgar ese asilo pues viola el Derecho Internacional.
Por su parte, según publica el diario “El Comercio”, el ministro de Asuntos Exteriores peruano, José García Belaunde, no quiere pronunciarse al respecto hasta que el gobierno boliviano no concrete la denuncia, pero asegura que no descarta posibles represalias por parte del gobierno de Perú si esta denuncia se ratifica.
Además, García Belaunde ha ratificado el asilo político de los tres ex ministros y recuerda que todos los países tienen derecho a acudir a la Corte Internacional de Justicia cuando lo crean conveniente. A su juicio, es preferible interponer una demanda a crear un “conflicto mediático como ha ocurrido en el pasado”, por lo que descartó que esta medida vaya a afectar a las relaciones bilaterales entre Perú y Bolivia.
Desde Bolivia, el ministro de Relaciones Exteriores, David Choquehuanca, ha afirmado que “esperamos que Perú, contando con información fundada, pueda revisar, pueda analizar y revocar el asilo y poner fin al refugio”.