Piden prisión permanente revisable para el parricida de Nájera
El fiscal pide prisión permanente revisable para J.J.R, de 49 años de edad, por asesinar a golpes y acuchillar a su madre, que en el momento de los hechos contaba con 74 años, en junio de 2020 en Nájera.
El juicio, que se desarrollará con jurado popular, tendrá lugar en la Audiencia Provincial el lunes 7 de marzo. Aunque hay conformidad, al tratarse de un delito penado por encima de los 6 años se tiene que celebrar el juicio con la mínima prueba, según la doctrina del Tribunal Supremo.
Los hechos que se juzgan, y a los que ha tenido acceso Europa Press, constituyen para el Ministerio Fiscal, un delito consumado de asesinato, cualificado por la alevosía, realizado sobre persona especialmente vulnerable por razón de su edad, enfermedad y discapacidad.
El acusado, que fue condenado en 2017 a 16 meses de prisión por un delito de violencia doméstica y de género, lesiones y maltrato familiar, realizados sobre su madre, así como dos años de alejamiento de la víctima.
Una vez que cumplió la pena vivía otra vez con su madre. El acusado, meses antes del cometer el parricidio, había contratado un sistema de alarma, con grabación, que desconectó cinco días antes de matar a su madre.
La víctima se encontraba dormida
El asesinato se produjo el 2 de junio de 2020, cuando J.J.R., “con la intención de acabar con la vida de su madre”, entró en el cuarto de ésta, cuando se encontraba dormida y tendida en la cama, sin que ella pudiera reaccionar y defenderse para impedir el ataque.
El acusado portaba una navaja o cuchillo e intentó clavarle el arma en el corazón, no alcanzando el corazón al impactar el cuchillo con el arco anterior de la quinta costilla izquierda, fracturándose la costilla, apreciándose externamente dos excoriaciones en la mama izquierda.
Posteriormente, persistiendo en su intención de matar a su madre con un martillo la golpeó repetidamente en la cara y en la región frontal, para después, con el cuchillo, producirle en el lateral derecho del cuello, una herida incisa de 13 centímetros de longitud, que llegó a seccionar la vena yugular. El acusado aún volvió a clavar a la víctima hasta en dos ocasiones el cuchillo.
La causa de la muerte fue un shock hipovolémico debido a la profusa hemorragia provocada por las lesiones en la cabeza y el cuello.
En el cuarto del acusado, se localizaron los instrumentos utilizados por el acusado para matar a su madre. Encima de una silla, una navaja y un cuchillo de cocina; y dentro del cajón de la mesita de noche, un martillo, todos manchados de sangre. J. J. R., a las 15,37 horas, de ese 2 de junio, llamó al SOS Rioja, comunicando que había matado a su madre.
Persona de gran hostilidad
La madre, atendiendo a su situación anímica y a sus limitaciones físicas, presentaba elevada fragilidad y una importante disminución de su capacidad de reacción, mientras que J.J.R. “presenta un patrón encubierto de personalidad evitadora, teñido de gran hostilidad, que surge con más facilidad en el entorno más próximo”. Además, presenta un trastorno esquizoafectivo, y un trastorno mixto de personalidad, con predominio de rasgos impulsivos, que le han llevado a tener “múltiples ingresos psiquiátricos”.
“Su aislamiento social y la obligación de convivir con su madre, propiciaron que descargara su cólera y hostilidad contra ella”, así como que su situación, “unida al confinamiento impuesto por la pandemia, saturó la capacidad psicológica del investigado para afrontar los acontecimientos”, indica la calificación, que además, señala que “su única salida era matar a su madre y posteriormente suicidarse él”, algo que no llevo a cabo, porque “al desaparecer ésta, había eliminado el factor que le producía mayor estrés”.
Para el fiscal, los hechos relatados constituyen un delito consumado de asesinato, cualificado por la alevosía, realizado sobre persona especialmente vulnerable por razón de su edad, enfermedad y discapacidad, por el que le pide al acusado la pena de prisión permanente revisable.
Además, deberá indemnizar a los otros dos hijos de la fallecida en la cantidad de 25.000 euros para cada uno, por el perjuicio moral por la muerte de la madre de ambos.
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