Fue en la noche del miércoles cuando el madrileño barrio de Chueca dio por inaugurada su fiesta más popular y multitudinaria. Quizás, la más conocida y codiciada de la capital. Las fiestas del Orgullo Gay de Madrid se han convertido en un referente a nivel mundial y en una gran oportunidad de proyección internacional y comercial para el turismo madrileño. Pero, la celebración en este 2011 se ha visto empañada por una polémica que finalmente se ha zanjado gracias a la buena voluntad de todas las partes implicadas.
Hace unas semanas, el primer edil de la capital, Alberto Ruiz-Gallardón fue increpado porque el Consistorio planteó prohibir la música en todo el barrio por las quejas vecinales, ya que se superan los decibelios legales permitidos durante los días que se celebran estas fiestas. Tras el conflicto desatado en plena calle al ser increpado cuando salía de su domicilio acompañado de toda su familia, los distintos grupos políticos del Ayuntamiento de Madrid (PSOE, UPyD, IU) expresaron su apoyo a Ruiz-Gallardón. Finalmente, sentados a negociar, las partes alcanzaron un acuerdo tan pintoresco como único: Chueca celebrará sus fiestas con música, pero serán conciertos “silenciosos” que los asistentes tendrán que escuchar con cascos hasta el próximo 3 de julio, domingo.
Por el momento, las Fiestas del Orgullo comenzaron en la noche de este miércoles con el pregón, que este año corrió a cargo del Gran Wyoming desde el plató de la Sexta explicando que “mucha gente todavía se pregunta por qué hay que salir a la calle a expresar públicamente el orgullo de ser lesbiana, gay, transexual o bisexual. Curiosamente es la misma gente que no se pregunta nunca en Semana Santa por que hay que salir a la calle siete días seguidos a expresar públicamente el orgullo de su fe católica”. El presentador recordó que Amnistía Internacional ha alertado de que en cinco países está castigado aún ser y declararse homosexual. La pena de muerte es el precio que reciben quienes confiesan su orientación sexual, mientras que en otras 76 naciones ser gay y mantener relaciones homosexuales se considera ilegal.
Desde una pantalla instalada en el epicentro de la fiesta pudo escucharse a Gran Wyoming, a quien precedió en el escenario Esperanza Izaguirre, vecina bilbaína que reside en Chueca desde hace 25 años. En su intervención recordó la forma en que el colectivo gay ha revitalizado el barrio y lo ha apartado del mundo de las drogas hasta convertirlo en “un artículo de lujo” con un comercio floreciente e inmuebles rehabilitados.