La Rioja esconde gran cantidad de rincones para poder disfrutar de vacaciones y fines de semana. Ruinas en parajes naturales únicos, rutas de agua y cascadas, castillos semiabandonados y otros recuperados por completo, cuevas centenarias y construcciones de otras épocas. Ahí van algunas ideas:
Las neveras de Sojuela
La sierra de Moncalvillo, muy cerca de Logroño, está plagada de senderos para hacer paseos a pie, rutas en bicicleta e incluso carretera hasta lo alto de la montaña. Muchos de esos caminos conducen a las neveras: cuatro grandes depósitos donde antiguamente se almacenaba nieve para abastecer hielo para conservar alimentos a Logroño.
Minas de piritas en Navajún
El yacimiento se encuentra a la sierra de Alcarama, a cuatro kilómetros del pueblo. Aquí encontrarás todos los contactos necesarios si te interesa conocer el lugar de manos de expertos.
La zona de las aldeas de Ezcaray (Zaldierna, Turza, Posadas...)
A ambos lados del río Oja, rodeando a Ezcaray, se encuentran sus Aldeas. Peqeños núcleos con apenas un puñado de casa que albergan toda la esencia del patrimonio natural y cultural y la arquitectura popular de la zona, con casas de tres plantas construidas en piedra de mampostería. En la margen derecha, Azárrulla, Zaldierna, Urdanta y Turza (además de las ruinas de Altuzarra y Cibarrena). En la izquierda, Posadas, Ayabarrena y San Antón.
Castillo de Aguas Mansas (Agoncillo)
Un castillo medieval en excelente estado de conservación. Fue construido durante los siglos XIII y XIV y actualmente está ocupado por el Ayuntamiento de Agoncillo, la Biblioteca y otras dependencias municipales. Se puede visitar algunos días con cita previa.
Pozas de Jubera
Un lugar poco conocido, a unos 30 kilómetros de Logroño. Se trata de un paraje único en La Rioja que puede contemplarse además desde un puente de gran altura sobre el río no apto para quien tenga vértigo. Bajo el puente, y para los días más calurosos, una de las mejores zonas de baño naturales de La Rioja, con pozas y espacios verdes.
Las Cuevas de los Cien Pilares de Arnedo
Llevaban décadas abandonadas y se han recuperado por completo. Las cuevas de Arnedo servían hace cuarenta años como almacenes o incluso como corrales para perros pero hoy son el orgullo de la ciudad.
Senda del Agua de Matute
Un recorrido desde el pueblo de Matute hasta el Salto del Agua con apenas 3,5 kilómetros, ida y vuelta, en dirección hacia Anguiano. Una ruta de gran valor paisajístico, con cortados rocosos, hogar de numerosas especies de aves rupícolas. Durante el recorrido podremos disfrutar de un impresionante contraste entre el barranco de árida piedra rojiza, y la frondosa vegetación que crece junto al río. Es apto para cualquier caminante y una excelente opción para disfrutar con los más pequeños de la casa que vivirán el sendero como un auténtico juego de escaleras, puentes, río, puertas de madera e incluso túneles naturales formados por la roca. Y al llegar al final del barranco del Manzanar, el premio gordo: el Salto del Agua.
Ermita de la Esclavitud, su priorato y puente romano (Cihuri)
En el cerro de La Esclavitud, llamado así porque en él existió una granja y ermita donde se rendía culto a la Virgen aparecida en el lugar del mismo nombre, se alza la ermita, que ha sido reedificada pero que ya en épocas visigótica y mozárabe estuvo habitada. La cueva todavía existe.
También en Cihuri encontramos uno de los puentes romanos mejor conservados de La Rioja. Fue declarado Bien de Interés Cultural en 1982 y rehecho en la Alta Edad Media.
Molino de viento de Ocón
Una magnífica excursión a un molino de viento harinero convertido en un gran atractivo turístico y consolidado como símbolo del Valle de Ocón. Se trata de una réplica exacta del molino originario del siglo XIV, cuyas ruinas permanecen junto al actual. Además del molino, el entorno es parte del atractivo; un cerro a 800 metros de altitud desde el que se divisa todo el paisaje que va de las estribaciones de Sierra La Hez al Valle del Ebro.
Castillo de Sajazarra
El pueblo entero merece una excursión. Pero sin duda el castillo es de visita obligada. Con una torre cercada por torreones octogonales y un interior de cuatro plantas, este esbelto edificio del siglo XV corona el municipio de Sajazarra asentado sobre su muralla.
Cascadas de Puente Ra
Bosques de pinos, hayas y robles, paseos y altos picos en una superficie de más de 23.000 hectáreas. La ruta de las cascadas transcurre entre la ermita de la Virgen de Lomos de Orios y el arroyo de Puente Ra. A lo largo del camino encontraremos diferentes saltos de agua, el más conocido de ellos es la cascada de 'El Saltín'. Los corrales y ruefugios en ruinas nos muestran además a lo largo del camino cómo era la vida de los pastores trashumantes.
Rivabellosa
Un paraje natural de gran riqueza ecológica y totalmente accesible tanto para montañeros como para familias con más de 12 kilómetros de senderos autoguiados abiertos al público y bien señalizados para recorrer tanto andando como en bicicleta. Un auténtico muestrario de bosques riojanos de hayedo, pinares, quejigares, encinares... Totalmente preparado además con área infantil, merenderos, aseos e instalaciones deportivas.
Monasterio Monte Laturce
Situado en un enclave elevado en el valle que se abre al río Leza, en el barranco entre Clavijo y Leza de Río Leza, un paraje inóspito que alberga las ruinas de una iglesia del siglo XII, de planta cisterciense, y las posteriores del siglo XVII y el caserío que las rodeaba.
Ruinas Montalvo en Cameros
En plena comarca del Camero Viejo, perteneciente al municipo de San Román de Cameros, se encuentra Montalvo de Cameros, una pequeña aldea despoblada cuyas ruinas se han convertido en un pequeño tesoro entre la vegetación verde de la zona. Llegó a tener ayuntamiento propio y escuela pero hoy, este núcleo de la margen izquierda del Leza es solamente un curioso lugar de visita en el que mirar al pasado.
Se encuentra a ocho kilómetros de San Román y se puede acceder hasta allí por una pista que arranca cerca del cementerio de San Román en dirección a Santa María. El camino a pie lleva unas dos horas pero conviene conocerlo o preparar la ruta porque es fácil despistarse por los caminos.
Castillo de Castañares de las Cuevas
Se trata en realidad de una fortificación rupestre. Se sitúa en el interior de las cuevas de Viguera, en un barranco estrecho donde las ruinas se esconden entre el espeso bosque de matorrales y pinos. Gracias a que están adosados a las paredes del barranco, los restos de las murallas y las ventanas se mantienen aprovechando las cuevas y pasadizos, muchos de ellos ya ocultos con el paso de los años. Se accede al lugar por el único camino que sube hacia el barranco en la margen izquierda del río Iregua.