Un proyecto de investigación con vistas a la protección de la especie logra rastrear la odisea de dos ejemplares de salmón de 14 centímetros por el río Columbia con unos dispositivos electrónicos.
“Hemos demostrado la capacidad de hacer un seguimiento preciso de unos animales que tienen más o menos el tamaño de un perrito caliente”, ha explicado Jim Bolger, director del proyecto POST (Pacific Ocean Shelf Tracking). Para dar una idea del recorrido, indicaba también que los peces nadaron una distancia equivalente a la que hay entre Moscú y Londres.
Este tipo de dispositivos electrónicos se han usado en tiburones, ballenas, atunes e incluso salmones adultos, pero nunca en ejemplares tam pequeños. El objetivo del proyecto es conocer mejor los patrones migratorios de los salmones para poner en marcha iniciativas más eficaces en su protección.
Los investigadores han podido observar que los peces pasan cerca de presas y piscifactorías donde podrían contraer parásitos. También rondan zonas pesqueras donde hay flotas de arrastre y áreas alejadas de la actividad humana, donde son los grandes depredadores la amenaza más inmediata.
Los científicos están perfeccionando los aparatos para romper la actual barrera de los 200 metros de profundidad y poder seguir la pista de otras especies, como el mero y el bacalao.