Alzar la voz para denunciar la violación de los derechos humanos en Irán siempre es algo peligroso, pero aún puede ser peor si quien alza la voz es una mujer. Ser mujer, abogada y activista pro derechos humanos es lo que ha hecho que Sahdi Sadr haya sufrido una violenta detención.
Según afirma Amnistía Internacional (AI), Shadi Sadr caminaba junto a un grupo de mujeres activistas, por una carretera con mucho tráfico, cuando un grupo desconocido de hombres, vestidos todos ellos de paisano, la introdujeron dentro de un coche. A pesar de perder su pañuelo y su abrigo logró escapar, pero rápidamente sus captores la volvieron a coger. Shadi Sadr fue duramente golpeada, antes de ser llevada a un lugar desconocido.
“Este ha sido un arresto ilegal, arbitrario y violento en el cual no hubo ningún intento por parte de las autoridades de identificarse o de dar alguna explicación por esta actuación”, ha afirmado Malcolm Smart, director del programa de Amnistía Internacional en Oriente Medio y el Norte de África.
La preocupación de la organización es que casos como el de Sadr se vuelvan a repetir, produciéndose una oleada de detenciones contra las mujeres activistas de Irán. “Éste ha sido el último de una serie de continuos arrestos de iraníes [estudiantes, periodistas, intelectuales, políticos y activistas de la sociedad civil] en la estela de protestas posteriores a las discutidas elecciones presidenciales iraníes”, afirma AI.
Amnistía Internacional pide la liberación inmediata y sin condiciones de Shadi Sadr.