Llegó la primera derrota para el Sporting en esta temporada y lo hizo en uno de los campos más complicados, el Pabellón de los Hermanos Induráin de Villava, donde se han enfrentado al Beti Onak navarro. Bien es cierto que la versión que se ha visto del Sporting en tierras navarras ha sido una de las peores, si no la peor, de todo el curso, pero también es cierto que enfrente tuvo a un buen rival que normalmente tiene cogida la medida a las riojanas. Si a todo esto le añadimos un penoso y lamentable arbitraje, el resultado no puede ser otro que la primera derrota liguera (19-18).
Partamos de la base de que la pareja arbitral no fue la responsable de la derrota liguera, por mucho que se empeñaran en parecerlo con decisiones que rozaban el esperpento y con la traca final en forma de gol anulado a falta de tres segundos para acabar el partido y que hubiera supuesto el empate. Decimos gol, porque fue, más allá de los colores o filias, el balón entró. Solo había que ver la cara y el gesto que Leire Ramos, portera local, tuvo en la acción, lamentándose de haber encajado el gol que suponía el empate cuando la victoria estaba en la punta de los dedos. Lo fue, pero no quiso la pareja arbitral que así fuera, seguramente a la vista de lo caldeado que estaba el ambiente en la grada y lo mucho que se jugaban las navarras. Hay que tener arrojo para darlo por bueno y la tendencia del partido invitaba a pensar que lo tendrían. Así fue. Miraron para otro lado y victoria local.
Decisiones arbitrales aparte que, se quiera o no, influyeron en el resultado, el principal culpable de la derrota fue el propio Sporting que presentó su peor cara en Villava ante un buen rival. Ataques atascados, con escasa circulación de balón y con lanzamientos cuanto menos precipitados. Por no hablar de la defensa y portería. Nada pareció funcionar y no daba la impresión que el Sporting al que todos estamos acostumbrados hubiese acudido a la cita con el Beti Onak.
Además, las navarras, apremiadas en la clasificación, se jugaban la vida y se notó desde el inicio, tanto en la actitud del equipo como en la tensión que se palpaba en el pabellón. No demostraron ser superiores, pero si lo fueron en actitud y garra sobre el 40x20 y eso acabó dándoles una vital victoria que les permite seguir con opciones de acceder a la fase de ascenso.
Este traspiés, para las riojanas, no es vital. Siguen manteniendo el liderato, pero de nuevo compartido con Zarautz, dejando el tercer clasificado a cuatro puntos, un colchón considerable pero que no permite relajación alguna.
Tras este partido, el equipo no volverá a disputar más partidos oficiales hasta el 10 de enero, fecha en la que recibe al Elche Mustang en la Copa de la Reina. Antes, el día 3 de enero, se desplazará a tierras vallisoletanas para medirse al Aula Cultural en un partido amistoso, preparatorio para el choque copero.