Radiografía de la crisis del calzado de La Rioja: falta de relevo generacional, descenso de ventas y externalización

Industria del calzado, en una imagen de archivo

Ester Fernández García

19 de diciembre de 2024 22:01 h

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El sector del calzado es el segundo más importante de La Rioja, después del vitivinícola, y emplea a 2.730 personas de forma directa, según los últimos datos de 2024. Con una facturación de más de 500 millones de euros, supone en torno al 10% del PIB regional y hay unas 226 empresas dedicadas a él en 2022. Es un sector fundamental para La Rioja, y en concreto, en la comarca de Arnedo en la que se asienta, con unos 30.000 habitantes, y ha llevado el nombre de la localidad entre las más importantes de la industria zapatera, siendo líder de calzado de montaña y seguridad y segundo en calzado de moda, después del Levante.

Sin embargo, el calzado se encuentra sumido en una crisis multifactorial para la que “no hay una varita mágica ni una solución única”, advierte Javier Oñate, director gerente del Centro Tecnológico del Calzado de La Rioja y secretario general de la Asociación de Industrias del Calzado y Conexas de La Rioja (Aiccor), que teme que los problemas coyunturales se conviertan en estructurales. Entre las causas, los actores implicados apuntan a la falta de mano de obra y relevo generacional, la externalización de la producción, los cambios y disminución del consumo, el contexto socioeconómico e incluso, el clima.

Las plantillas se han reducido un 20% en 5 años

“Nos falta mano de obra no cualificada para las cadenas productivas pero también cualificada, e incluso para la dirección de las empresas”, advierte el presidente de la patronal de los sindicatos. Según datos del Centro Tecnológico, antes de la pandemia, en 2019, había 3.446 trabajadores, lo que supone que el calzado de La Rioja ha perdido 700 trabajadores en cinco años. Desde los sindicatos amplía hasta un millar la reducción de las plantillas desde el último convenio: “Cuando lo negociamos en 2017 había unas 4.000 personas trabajadoras en el sector y ahora no llegan a 3.000”, advierte Diego Belón, el responsable de calzado de CCOO Industria de La Rioja, que advierte que “las plantillas están envejecidas, se jubila el personal cualificado y no hay relevo generacional”.

“No es un sector atractivo para los jóvenes”, reconocen tanto patronal como sindicatos, que apuntan que el problema de mano de obra es generalizado, especialmente en los sectores más manufactureros. El representante de las empresas apunta a la temporalidad del sector, el déficit de infraestructuras para que la mano de obra llegue a La Rioja Baja y que se trata de una zona geográfica muy concreta: “el número de personas totales que podríamos abarcar tampoco es muy grande”. Por su parte, el responsable de CCOO apunta que “es un trabajo manual, con movimientos repetitivos y con un convenio salarial y de condiciones que tampoco es muy atractivo”. Además, añade: “Ahora se potencia más el estudio, los propios trabajadores del sector les decimos a nuestros hijos que no entren al sector”.

Cae la producción y aumenta la externalización

Desde CCOO advierten además de la externalización que están llevando a cabo las empresas. “Se fabrican zapatos con nombre de Arnedo que no se fabrican en Arnedo. Los guarnecidos, por ejemplo, casi han desaparecido porque es mucho más barato guarnecer fuera”, señala Belón, que teme que el sector se reconvierta de sector productivo a comercializador, lo que para él es “precarizar el sector, aun siendo trabajos más cualificados”. Las cifras confirman el descenso de la producción del calzado en La Rioja, que pasó de un Índice de Producción Industrial del 82,9 en 2019 a un 49,5 en 2022. E

Desde Aiccor, Javier Olarte apuntan que siempre ha habido producción externalizada y lo ve como la única solución actual a la falta de mano de obra: “Si ahora necesitamos coser 50.000 zapatos no lo podemos hacer porque no hay infraestructura técnica y humana”. Cree que la reconversión al comercio “no es un problema, porque incluso son puestos más cualificados y con salarios más altos”, pero considera que “las cadenas de producción siempre van a existir en Arnedo porque el sector necesita pedidos rápidos, muestras o tiradas más cortas que obligan a ser flexibles y rápidos”, además de que “el empresario riojano es muy arraigado a la zona”.

El alcalde de Arnedo, Javier García, apunta que “no hay crisis importante de producción, se mantiene bien el número de zapatos producidos”. Aunque subraya que las ventas han disminuido, se han recuperado en el segundo semestre del año. En contra a lo que sucede en el panorama nacional, las exportaciones riojanas, aunque han crecido después de la pandemia no alcanzan los valores de hace más de 10 años, cuando superaban 200 millones de euros anuales. En el primer semestre de 2024 fueron de 67,1 millones de euros.

García es consciente de la situación del sector, al que define como un sector “en crisis permanente”, por su carácter manufacturero, dependiente de temporadas y de modas. Por eso, además de las ya analizadas, el alcalde advierte de cuestiones más amplias que también afectan al calzado, como los cambios en los hábitos de consumo, ya que “ahora se consumen más servicios que bienes” o el clima porque “han desaparecido las estaciones intermedias haciendo que las ventas fluctúen más”.

La formación como solución clave

Todas las partes implicadas son conscientes de que no hay una solución única, pero todos coinciden en una: la formación. “Se ha firmado un Plan Estratégico de FP que se debe utilizar desde el sector para potenciar la formación a todos los niveles”, pide CCOO. Desde la patronal aseguran estar trabajando con el Gobierno de La Rioja para que se impartan en Arnedo ciclos, “no solo relacionados con la cadena productiva también con robótica, electricidad, comercio internacional...”

Javier Olarte también cree importante las inversiones de las empresas en innovación, “para aumentar la competitividad y la internacionalización”. Sobre la situación del sector, desde la Consejería de Economía y Empresa de Gobierno del PP de La Rioja se limitan a destacar las ayudas de 800.000 euros anunciadas a finales de noviembre dirigidas a financiar gastos e inversiones de las empresas en servicios de innovación, como los de laboratorio y ensayos físico-químicos; la certificación de producto en el sector industrial; la investigación, desarrollo e innovación en todas las áreas relacionadas con el calzado y auxiliares; o los servicios tecnológicos de fabricación inteligente en todas estas mismas áreas. Además, se mantiene el convenio con APIDIT-CTCR, que asciende a 300.000 euros en 2024 y anuncian que “subirá sensiblemente en 2025” y “el sector del calzado accede a las ayudas de la AYER en concurrencia competitiva y en todas las líneas, como la destinada a la internacionalización, que se alinea con los objetivos del sector”.

No obstante, no es suficiente para el alcalde de Arnedo, del PSOE: “El Gobierno de La Rioja tiene absolutamente olvidado al calzado y no se le ayuda de forma determinante, como sí ocurre con el vino”. Javier García ha recordado la negativa del PP a la creación de una comisión para escuchar al sector, “un instrumento que funcionó muy bien en la Comunidad Valencia y que fue de hecho una propuesta del PP cuando gobernaba el PSOE”. En este sentido, se ha mostrado tajante: “El PP no ha querido poner el calzado en la agenda pública y parlamentaria y darle la importancia que tiene”.

Ante esta situación, han comenzado conversaciones y los sindicatos están impulsando la creación de una hoja de rutas para la búsqueda de soluciones. “Está en riesgo la economía principal de toda la comarca”, advierte Diego Belón. Por su parte, patronal y Ayuntamiento muestran algo más de optimismo, sin negar el momento de dificultad.  “Las empresas intentan trabajar los valores que impulsan su competitividad y eso hará que cuando volvamos a despegar tengamos a las empresas en primera línea”, señala el presidente de Aiccor. El alcalde de Arnedo coincide en destacar la resiliencia del sector: “El calzado ha salido siempre de las crisis, se ha reinventado y se ha adaptado al consumo. Son empresas familiares con fortaleza importante, pero es verdad que estamos preocupados”.

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