Se niega a despedirse por la puerta de atrás, a perderse la que puede ser una nueva remontada épica de su equipo, a no participar en primera persona en esta apretada y emocionantísima recta final de la temporada. El pasado sábado, Raúl se lesionó sobre el césped de La Romareda y, tras una primera evaluación, los doctores del club madridista hicieron saltar las luces de alarma: si se confirmaba su esguince de Grado II en el tobillo derecho, el ariete podría haber dicho adiós a la temporada.
Se ratificaron los peores temores
En la mañana del lunes, los servicios médicos de la entidad blanca desvelaron que el gran capitán podría estar fuera de los terrenos de juego durante las próximas cuatro semanas debido a una lesión que también afectaba al ligamento tibio-peroneo. Con esos datos, casi se podría asegurar que Raúl no volvería a enfundarse la camiseta del Real Madrid en la presente campaña... Pero que nadie lo dé por sentado.
Si algo nos ha demostrado el '7' a lo largo de toda su carrera es que tiene una gran facilidad para recuperarse de sus dolencias en unos plazos tan milagrosos como sorprendentes. El último ejemplo lo tuvimos hace apenas unas semanas cuando, aquejado de una lesión en la rodilla, se le daba por descartado hasta principios del mes de mayo pero, en una nueva muestra de su carácter ambicioso y de superación, trabajó a destajo en su proceso de recuperación y consiguió entrar en la lista para viajar a Zaragoza.
Antes de regresar a la capital de España, en su paso por la zona mixta del estadio aragonés, el propio futbolista espetó que haría todo lo posible por reaparecer en las últimas jornadas. Animado, seguro que se acordó del ejemplo del sevillista Jesús Navas que sufrió una dolencia similar el pasado 21 de marzo y reapareció apenas 20 días después. Como nota curiosa, habría que señalar que el hispalense volvió a los terrenos de juego ante el Málaga y disputó sin problemas los 90 minutos ante el mismo equipo frente al que el Real Madrid pondría fin a su concurso en la presente temporada.